La selección argentina de fútbol americano, denominada Los Halcones, jugó este sábado en el Mineirao de Belo Horizonte por primera vez un clásico sudamericano ante Brasil. Pero el dato más importante es que siete de sus jugadores fueron rosarinos que actúan en la pujante liga de nuestra ciudad.

Y más allá del resultado (fue 38-0 para los locales, que tienen una liga más desarrollada y mucha más estructura lograda en estos últimos años gracias al apoyo estatal y de sus sponsors), los representantes del deporte rosarino se trajeron una valija llena de experiencia y recuerdos que guardarán para siempre. 

"Nos llevamos un recuerdo imborrable para contarles a nuestros nietos. Y esperamos que esto pueda contribuir para la difusión y el desarrollo del deporte en el país y la ciudad", le dojo a Rosario3.com uno de los jugadores rosarinos, Pablo Catalá, que viajó junto a sus coterráneos Iván Partal, Ignacio Colauti, Stefano Scorza, Jorge Mardenlli, Mariano Nicosia y Javier Torres.

La propia Liga Argentina escribió, desde su cuenta oficial Football Americano Argentina, que "más allá del categórico resultado, este fue un enorme paso para Halcones, que tuvieron la posibilidad de medirse con Onças, el mejor seleccionado de la región. Que sirva para continuar construyendo y difundiendo el deporte en Argentina. Hoy se hizo historia".

El sorteo de capitanes
El sorteo de capitanes, antes del inicio.

La experiencia, por dentro

 "Viajamos el viernes vía diferentes vuelos y nos encontramos el viernes a la noche en la Villa Olímpica de Belo Horizonte, donde nos hospedamos la noche antes al partido y la posterior", narró Catalá.

"El sábado fuimos en micro al estadio, con mucha ilusión y nerviosismo porque encima el partido iba a ser transmitido a toda América por ESPN+", dijo. "Entramos al vestuario y no lo podíamos creer: jamás habíamos estado en un evento de esa envergadura".

Catalá, además, tuvo otro motivo para enorgullecerse al máximo: "En la charla técnica, los DT informaron que a los viejos capitantes se les iban a sumar otros dos jóvenes capitanes, uno de los cuales iba a ser yo. Así que imaginate la emoción indescriptible que me agarró".

"En relación al partido, en la primera jugada ganamos cuatro yardas, pero desde ahí fue todo cuesta abajo. Y la lluvia complicó todo, porque algo tan sencillo como que el centro le diera la pelota al mariscal, no se podía hacer porque la pelota estaba jabonosa. Eso nos hizo perder la posesión e hizo horrible el juego para los dos lados", describió.

Catalá marcó la gran diferencia de preparación de ambos conjuntos: "Elllos eran verdaderos atletas. La liga de Brasil tiene mucho apoyo económico. Nuestra defensa jugó bastante bien pese a algunas corridas largas, pero no estuvimos bien en la ofensiva, porque no podíamos pasar la pelota ni superar a los gordos de ellos, que eran impasables".

Tras el final del pleito, todo acabó con la entrega de premios y el saludo entre los jugadores. "La experiencia fue increíble. Esperemos que sirva para seguir dándole difusión al deporte", concluyó.