También conocidas con el nombre de bacterias antibiorresistentes, estas "superbacterias" son una preocupación importante en materia de salud pública, ya que amenazan con el aumento de infecciones mortales, pues los antibióticos utilizados para combatirlos no resultan eficaces.

Investigadores de la Universidad de Sídney descubrieron sin embargo péptidos -elementos de base de una proteína- presentes en la leche de la hembra del diablo de Tasmania que pueden matar algunas bacterias resistentes, entre las cuales el estafilococo dorado y los enterococos, responsables de infecciones nosocomiales graves, según publicó el sitio docsalud.com.

Estos científicos se interesaron en la especie porque estos marsupiales dan a luz crías cuyo sistema inmunitario es poco avanzado pero crecen en una bolsa llena de bacterias, algunas patógenas.

"La pregunta era: ¿Cómo estos pequeños pueden sobrevivir en un entorno sin sistema inmunitario maduro?", subrayó a la AFP Emma Peel, quien cursa el doctorado en la Universidad de Sídney.

"Pensamos que esto estaba relacionado con un desarrollo importante de péptidos en los marsupiales", añadió.

"Los marsupiales tienen más péptidos que los otros mamíferos", afirmó la bióloga que participó en este estudio publicado en Scientific Reports, diario online del grupo Nature.

El estudio versó sobre el demonio de Tasmania, el wallaby de la isla Eugène y el opossum. Se están realizando pruebas sobre la leche del koala.

Los investigadores recrearon artificialmente un péptido llamado "catelicidina" tras haber extraído la secuencia correspondiente en el genoma del demonio de Tasmania, y descubrieron que podía "matar bacterias resistentes y otras bacterias".

Esperan que estos péptidos puedan ser utilizados para perfeccionar nuevos antibióticos que puedan ayudar a luchar contra las "superbacterias".

Se considera que la resistencia a los antibióticos es responsable de 700.000 muertos por año en el mundo. El problema podría causar 10 millones de muertos por año de aquí a 2050, según un estudio británico reciente, o sea tantas víctimas como las causadas por el cáncer.

La emergencia de bacterias resistentes fue en principio limitada por la preparación de nuevos antibióticos, pero se asiste ahora a un estancamiento de la investigación y a la disminución del número de nuevas moléculas disponibles.

Ninguna nueva clase de antibiótico ha llegado al mercado desde hace 30 años.