El Centro de Observadores del espacio, de Santa Fe, informó que este jueves la nave espacial rusa Progress M-27 “circuló por la órbita de la provincia y fue observada girando sobre sí misma, con una luminosidad intermitente”. Se estima que el carguero, que está fuera de control, se precipite a la tierra en dos o tres días.

“Es una nave tipo carguero que al entrar en órbita no se desplegaron las antenas de telemetría y por eso se perdió la posibilidad de controlarla en forma remota”, dijo al programa La Primera de la Tarde, Jorge Coghlan, miembro directivo del mencionado Centro.

El investigador señaló que según se estima, en dos o tres días la nave rusa –que tiene la capacidad de dar la vuelta completa al planeta en dos horas– se desintegrará en la atmósfera y sus partes se precipitarán a la Tierra.

Según los expertos, el lugar donde caerá recién podrá conocerse una hora antes de que esto suceda, y si bien es posible que caiga sobre alguna ciudad importante del planeta, lo más probable es que lo haga sobre áreas despobladas.

La precipitación tendrá la característica de una caída libre, como la de un meteoro y el impacto será como el de una piedra que se arroja desde la azotea de un edificio de 12 ó 15 pisos.

La Progress M-27M, que cuenta con una masa en lanzamiento de 7.290 kilogramos, transporta cerca de 2,5 toneladas de suministros para la Estación espacial Internacional (EEI), que incluye combustible, oxígeno, alimentos, equipos científicos y regalos para los tripulantes de la Estación espacial.