¿La obesidad dificulta las relaciones sexuales?

Si bien muchos obesos no tienen problema alguno, en general la obesidad puede representar una doble problemática: desde el punto de vista de la salud y de la estética.

Algunos obesos nos refieren que evitan los encuentros eróticos para “que no los vean así”, y de tal manera ocultan su cuerpo, no deseando que los observen desnudos; también hay otros en quienes la “gordura” es un mecanismo de defensa para evitar los encuentros afectivos y eróticos: “como estoy gordo no puedo entablar un vínculo”, cuando la dificultad es previa al sobrepeso. Obviamente que, si bien Eros sucumbe ante estos conflictos con la corporalidad, no podemos dejar de mencionar que el excesivo peso representa un factor de riesgo cardiovascular (en mayor medida en el varón, aunque en la menopausia la mujer se equipara al varón).

¿Cómo nace esta problemática?

Algunos sectores de la sociedad discriminan a los obesos, de ambos sexos, con actitudes humillantes o vejatorias: en el colegio (donde son objeto de bullying -hostigamiento escolar, por parte de los compañeros); en la universidad; en el ámbito laboral o familiar; causando sentimientos de inferioridad, exclusión y depresión, que llevan, en algunos casos, a un descuido general en la apariencia y a complicar aún más la sexualidad.

¿Cómo se manifiesta?

Las relaciones sexuales también se dificultan por vía indirecta: baja autoestima, rechazo a su propio cuerpo y a la pareja, sentimientos de desvalorización (“sé que a ella/ a él no le gusta más mi cuerpo”, suelen decir), lo que muchas veces se trasunta en una disminución de la libido y en deseo sexual hipoactivo. En el varón, incide tanto en lo estético como en el mayor padecimiento de enfermedades cardiovasculares.

¿Puede la obesidad generar impotencia?

Hay grados de obesidad en que, los varones, no llegan a verse los genitales por la adiposidad abdominal y se dificultan ciertas posiciones coitales. Suelen tener tan desajustadas las variables metabólicas (colesterol y triglicéridos altos, diabetes -incluso sin tratar-, hipertensión) asociadas a la vida sedentaria que, en muchos casos, deriva en un cuadro de impotencia franca (no olvidemos que en la respuesta eréctil hay un componente vascular importante) la cual, por supuesto, debe ser tratada específicamente, mas deben corregirse los factores de riesgo como condición indispensable; al punto que los tratamos en conjunto con los nutricionistas y clínicos.

¿Tener sexo puede poner en riesgo al obeso?

No nos olvidemos que nuestro aparato cardiovascular está diseñado para una determinada superficie y peso. Cuando el peso es mayor a un 25-30% (lo que constituye la obesidad franca) le ofrece una pared por delante y el corazón se esfuerza. Obviamente que si aparecen palpitaciones o le sube la presión arterial (detectado a veces por fuertes dolores de cabeza ubicados generalmente en la región cervical posterior) debería suspender el acto.

Por eso convine hacer estudios cardiológicos y arteriales (ergometrías, doppler de carótidas, entre otros) antes de encarar cualquier actividad que signifique un mayor esfuerzo.

¿Cómo reducir los riesgos?

Pueden utilizarse posiciones con menos gasto: como ser él abajo, boca arriba, y que la mujer sea la que se mueva (o al revés si es mujer), y disminuir la intensidad del bombeo o del movimiento pélvico.

De todas maneras los obesos y obesas deberían hacerse controles médicos por razones de salud general, no sólo por su vida sexual.

¿Qué consejos sexológicos deberían seguir?

Modificar ciertos conceptos y tabúes alrededor de la obesidad y la Disfunción Sexual, y promover el diálogo sexual de la pareja mejora la relación general y erótica de la misma, aumentando la autoestima, y el atractivo físico.

Si bien es común que se visite a un sexólogo por “la impotencia”, o para solucionar su anorgasmia, los obesos, cuando ven que mejora su respuesta sexual se encuentran más motivados/as a encarar los cambios conducentes para combatir la obesidad y otros factores de riesgo. Además comprenden que el descenso de su peso a valores aceptables también tiene nexos con una revalorización como persona, con una sexualidad más placentera y una mejor calidad de vida.