La educación está en un proceso de transformación evidente en todos los niveles de enseñanza debido a la irrupción de lo digital en los entornos de aprendizaje. Esto se puede ver no solo en la etapa escolar sino además, en la educación superior, en especial en las maestrías donde las materias están cambiando a la par del surgimiento de programas específicos.

“Las industrias se reconfiguran y la tecnología impacta sobre cada una de las funciones de la empresa: en la gestión de marketing, de recursos humanos, en finanzas, en operaciones”, dice Gabriel Foglia, decano de Ciencias Económicas en la Universidad de Palermo. “La currícula del MBA (Master in Business Administration) no se modificó, pero sí cambiaron los contenidos en las asignaturas. Los motores del cambio son los docentes que, en nuestro caso, en su mayor parte dan clases y trabajan, y los estudiantes que traen estos cambios internalizados del día a día en las empresas”, agrega.

Junto con la tendencia a incorporar metodologías cada vez más activas, crece también el uso de tecnología para dinámicas dentro y fuera de las aulas de los MBA: juegos en dispositivos, ejercicios de simulación, videocasos, búsqueda de información en tiempo real, campus virtuales y trabajo en red forman parte del trabajo cotidiano de docentes y alumnos.

Para Diego Luzuriaga, director de la Escuela de Posgrado del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), “cada vez más estudiantes tienen deseos de hacer su propio emprendimiento. Las temáticas más buscadas son Big Data, energía e innovación tecnológica”. Otra tendencia reciente es que “hay mucha gente en los MBA que proviene de disciplinas que no están relacionadas con los negocios”, dice Foglia. “Eso le agrega complejidad y lo enriquece”.

Por otra parte, como indica Fausto García, director del Centro de Management de Medios y Entretenimiento del IAE, “la multidisciplina es requisito para la innovación”. En esa escuela de negocios, empezaron a trabajar en conjunto con las facultades de Ingeniería y Comunicación para algunos desarrollos, por ejemplo, un simulador de gestión de un hospital. “También, estrenamos un programa de arte y management”, agrega García. “Hoy las tecnologías permiten, por ejemplo, que los alumnos realicen un corto de un minuto y medio durante una clase, usando sus celulares y computadoras. De todas maneras, lo más importante es el análisis posterior”, dice.

En el caso de la UCA, “el Taller de Innovación acerca a los alumnos al pensamiento detrás de los avances tecnológicos”, señala Christian Goldsztein, director del MBA.

Recursos y metodologías novedosas

Entre las herramientas que están ganando terreno en las asignaturas de los MBA se encuentra el videocaso. “Se trata de una variante del caso de estudio tradicional. No hay una lectura previa del caso, sino una lectura contextual. Luego, el caso se ve y se debate en el aula”, describe Luis del Prado, rector del ESEADE. “Es una herramienta efectiva y le da a la clase una dinámica diferente”, agrega.

Por otra parte, “la tecnología ha favorecido mucho la enseñanza y se usa mucho en el aula para la búsqueda de información en tiempo real”, dice Sebastián Auguste, director del MBA de la UTDT.

Los MOOC (cursos en línea gratuitos y masivos) y las herramientas virtuales clásicas de apoyo a la educación, como los campus virtuales, también se integran al combo de tecnologías usadas en posgrados. “La cuestión es cómo incorporamos todo esto para mejorar la experiencia de los estudiantes”, dice García.

Pero las metodologías activas y participativas no dependen de las tecnologías, sino de un cambio de foco en las modalidades de enseñanza-aprendizaje.

En el caso de la UCEMA, “iniciamos un módulo denominado Management en Acción, integrado por alumnos de segundo año que ayudan a CEOs de empresas a diagnosticar y resolver problemas de su negocio”, cuenta María Alegre, directora del MBA.

“El interés en las metodologías activas tienen que ver con cómo los jóvenes aprenden. A los alumnos les sirve aprender resolviendo problemas y son menos tolerantes con las clases magistrales”, opina Juan Cruz Lozada, director de la escuela de negocios de la UADE. En su caso particular, utiliza la metodología de “aula invertida”: “El profesor presenta el material y la teoría por podcast o videoconferencia y propone una consigna. Los alumnos estudian fueran de la clase y cuando llegan al aula se juntan en equipo y trabajan bajo la mirada del profesor”, describe Lozada. “Así, puedo ver habilidades de negociación, de liderazgo, de toma de decisiones”, agrega.

Por otra parte, “hay una gran demanda, en particular desde el exterior, de modalidades e-learning”, asegura Luzuriaga. “Los posgrados oficiales deben ser acreditados en dicha modalidad, pero en educación ejecutiva hay más flexibilidad para crear y adaptar contenidos”.

En el mismo sentido, Marcelo De Vicenzi, vicerrector de Gestión y Evaluación de la UAI, indica que “tanto en las carreras de posgrado como en educación ejecutiva se ha incrementado la demanda de la modalidad semi-presencial”.

En la Kennedy, trabajan en esta modalidad bajo el concepto de “Aula Extendida”, para el “acompañamiento permanente del estudiante en su formación académica”, informa Pablo Fantini, de la Secretaría de Educación a Distancia.

Fuente: www.ieco.clarin.com