La educación infantil y la escuela primaria se estructuran en torno a dos paradigmas que marcan grandes diferencias. La educación infantil ubica en el centro al niño, atendiendo a sus necesidades integrales, sus características y sus formas de aprender. Se asume que el niño necesita jugar, pues aprende jugando y haciendo, en la medida en que tiene libertad, autonomía y que comparte con otros niños de los cuales también aprende. Por su parte, la escuela primaria –si bien ha ido mutando- responde a lo que se podría llamar paradigma tradicional, o racionalismo académico, donde el eje no es el niño, sino la materia y su contenido, lo que marca una diferencia sustancial. 

"La escuela primaria tiene que estar más dispuesta a tomar las formas del nivel inicial, ubicando en el centro al niño, atendiendo a sus necesidades integrales y ofreciendo posibilidades de aprender jugando y haciendo", estas son las conclusiones de la doctora en Educación y especialista en Educación Infantil, Ofelia Reveco en una entrevista realizada por el Sistema de Información sobre la Primera Infancia en América Latina (SITEAL).

Los currículos de la educación infantil y de la educación primaria reflejan la distancia paradigmática que hay entre ambos niveles educativos. Si bien el maestro de educación inicial aprende contenidos disciplinarios, de lenguaje, matemáticas, ciencias naturales y sociales, gran parte de su formación está orientada a comprender a los niños a través de la pedagogía y la psicología del desarrollo, la nutrición y otras asignaturas del área de la salud. A la vez, se trata de una formación abundante en plástica y música, con vistas a consolidar una gran caja de herramientas técnicas y profesionales que les permita hacer actividades para que los pequeños aprendan jugando, de forma activa, autónoma y libre.

En la formación del maestro de primaria, en cambio, el énfasis está en los contenidos disciplinarios, perdiendo de vista que los recursos didácticos en plástica o música que más allá de del valor en sí del arte contribuye a enseñar mejor lengua o matemáticas o cualquier otra ciencia.

El nivel inicial tiene que aproximarse a las disciplinas a su modo. En cambio, la primaria sí tiene que estar más dispuesta a tomar las formas de aprender de la infantil, asumiendo que los niños tienen que ser autónomos, que es bueno preguntar, que el arte es importante en la vida de los seres humanos, que trabajar escuchando música puede ser un buen recurso, por mencionar algunos de los principios que pueden enriquecer el proceso educativo.

Es fundamental escuchar a los maestros porque pueden brindar información muy valiosa para alcanzar una educación de calidad. Al hablar de una buena educación infantil, la especialista se refiere a “una educación que ofrece recursos didácticos y favorece la autonomía de los niños, para que aprendan a partir de sus intereses y del descubrimiento”.

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Sobre Ofelia Reveco

Doctora en Educación UAHC. Magíster en Ciencias Sociales con Mención en Sociología de la Cultura. ILADES, 1990. Educadora de Párvulos. Universidad de Chile. Santiago. Actualmente Coordinadora de Investigación. U Central Chile. Se ha desempeñado como Investigadora o evaluadora por más de treinta años realizando investigaciones y evaluaciones para SCH Noruega, UNESCO/OREALC, BID, OCDE, OEA, etc. Ha desempeñado diversos cargos académicos y ha sido Profesora Invitada a diversas Universidades Pedagógica. Actualmente es académica de la Maestría en Educación Infantil en la Universidad Central de Chile y del Magíster en Política Educativa de la Universidad Alberto Hurtado.