Las mujeres optimistas tienen un menor riesgo de mortalidad prematura por enfermedades graves como un ictus, una cardiopatía, cuadros infecciosos, patologías respiratorias y hasta cáncer.

A esa conclusión llegaron investigadores de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard (EE.UU.). “Cada vez hay mayor evidencia acumulada de que la potenciación de la resiliencia psicológica puede marcar la diferencia”, dijo Eric Kim, co-director de la investigación publicada en la revista “American Journal of Epidemiology” y reproducida por ABC Salud.

En este sentido, consideró que es necesario promover el optimismo, ya que éste se asocia a hábitos de vida más sanos y formas más saludables de enfrentar los problemas cotidianos. Sus opiniones están avaladas por el registro de historial médico de 70 mil mujeres recavado entre 2004 y 2012, prestando especial atención a enfermedades especialmente vinculadas con la falta de optimismo como la mala alimentación y la falta de actividad física.

Comparadas las “optimistas” con las pesimistas, las primeras tenían un riesgo hasta 30% menor de fallecer de forma prematura por alguna de las enfermedades graves relevadas. Incluso las mujeres más optimistas tuvieron una probabilidad hasta un 52% menor de de fallecer por una enfermedad infecciosa.

Entre las enfermedades que más achicaron su riesgo se encuentran el ictus (39%), cardiopatías y enfermedades respiratorias (38%) y cáncer (16%).

Pero, ¿se trata sólo de que el optimismo mejora los hábitos? “Los hábitos saludables solo explican parcialmente la asociación entre el optimismo y el menor riesgo de mortalidad. Así, una posible explicación sería que un mayor optimismo impacta de forma directa sobre nuestros sistemas biológicos”, respondió Kim.