Natalia Oreiro tiene una particular técnica para extrañar menos a su hijito Atahualpa. La actriz suele viajar mucho y cuando no puede llevar al niño con ella, se lleva el pijama del nene para poder sentirlo más cerca.

De acuerdo a Ciudad.com, la también cantante y empresaria, habló con la revista ¡Hola! Argentina de cómo sortea la distancia cuando no está junto a su pequeño Atahualpa.

Como toda madre, Natalia Oreiro (39) divide su tiempo entre sus responsabilidades laborales y la crianza de su hijo Atahualpa Merlín (4), el hijo que tiene junto a su marido Ricardo Mollo (58). “Amo mi trabajo, pero acabo de decir que no a dos películas porque quiero estar en todos los momentos importantes de la vida de Ata. Me gusta llevarlo al jardín de infantes, tengo una relación muy fluida con las madres y los padres de sus compañeros, hacemos cosas juntos”, sostuvo.

"Yo viajo mucho y a mi hijo me lo llevo un montón conmigo. Y cuando no puede venir, me llevo un pijama de él para sentirlo cerca. Creo que cuando éramos chicos nuestros padres no registraban tanto esto. Estaba bien visto que nuestros padres trabajaran mucho. Entiendo que los hijos necesitan a sus padres y yo como mamá y mujer también necesito estar con él más tiempo. No sé si será la edad", reflexionó.

"Vengo colapsando desde hace tiempo (se ríe). Hice Solamente vos con Ata chiquitito, dándole el pecho, y apareció Juan José Campanella con un proyecto buenísimo, Entre caníbales, y no quise perdérmelo. Después llegó Gilda, que me involucró mucho el cuerpo, la mente y el alma y que hace años soñaba con protagonizarlo. Hago malabares, como todas las madres que trabajan", reveló.

Por otro lado, respondió si siente culpa: "No. Siento ganas de estar con mi hijo porque crece muy rápido. Quiero tomarme las cosas con más calma, pero no sé cómo hacer. Hago cine, hago música, hago ropa y con mi hermana acabamos de abrir la quinta tienda, en la avenida Alvear".

Por último, reconoció que su hijo la reclama “a su manera”: “El otro día me dijo, 'cuando sea grande voy a trabajar poquito. Voy a hacer algo con lo que pueda comprar juguetes pero que me deje tiempo para jugar mucho con mis hijos'. Me mata”, agregó.