Así lo aseguran integrantes del laboratorio de Neurobiología dirigido por el profesor Kobi Rosemblum, y del que da cuenta el diarioHaaretz.

El nuevo estudio dio muestras de éxito en ratones con Alzheimer esporádico, que caracteriza al 90% de las personas que acaban desarrollando la enfermedad.

"Durante los últimos 30 años, la investigación de la enfermedad se centró en la patología, de responder a la pregunta de qué es lo que ocurre en el cerebro", dijo Rosemblum al diario, y agregó que la suya se origina a partir de una nueva perspectiva: "la de mejorar la memoria".

"No creemos que podamos curar o resolver la enfermedad, pero suponemos que podemos mejorar el funcionamiento cognitivo durante un cierto período de tiempo y ofrecer al paciente tiempo adicional de un funcionamiento normal", agregó.

En el epicentro de la investigación está una proteína conocida por el nombre de PKR, y que es uno de los síntomas biológicos más destacables de la enfermedad.

La actividad de esta proteína es regida y controlada por otras que influyen en ella, como la eIF2, que ayuda a consolidar la memoria a largo plazo con su actividad regeneradora de terceras proteínas, en este caso, la ATF4.

El mal funcionamiento de la ATF4 como parte del proceso de autodefensa de las neuronas afecta al proceso de aprendizaje y memorización, pero el bloqueo del mecanismo biológico que la produce a partir de PKR produce un efecto de frenado en el deterioro cognitivo.

Dosis de un elemento que neutraliza o reduce la actividad de esta última proteína fue inyectado en ratones de laboratorio, produciendo un resultado optimista sobre la posibilidad de aplicar la técnica en enfermos de Alzheimer esporádico.

Aunque advierten que el camino es aún largo, la técnica aplicada ha sido registrada como patente y los investigadores crearon una empresa "start-up" para sintetizar un medicamento apropiado para los seres humanos.