Un testigo de identidad reservada se hizo presente en la 11ª jornada del juicio a Los Monos, se contradijo con respecto a las declaraciones que había hecho durante la etapa de instrucción de la causa y será denunciado por falso testimonio por parte de la Fiscalía. El hombre señaló que las viejas afirmaciones sobre la presunta organización criminal fueron puestas en el escrito por un ex integrante de la División Judiciales de la Policía, a quien le dio plata para que lo beneficie con la situación judicial en otra causa de 2012 por homicidio.

La audiencia se realizó sin la presencia de los imputados ni de los periodistas, quienes debieron seguirla mediante el registro de audio que se emitió en una sala ubicada en el primer piso. El testigo afirmó conocer a Ariel Máximo Cantero, alias Guille, a Ramón Machuca, alias Monchi Cantero, y a Leandro Vilches, Mariano Salomón y Jorge Emanuel Chamorro.

La persona citada dio en 2013 datos precisos de cómo trabajaba supuestamente la organización y los roles asignados para cada uno de los integrantes. Por ese motivo, la Fiscalía lo llamó como su testigo en el marco del debate oral.

Cuando el fiscal Gonzalo Fernández Bussy le consultó qué vínculos tenía la familia Cantero con personas de apellido Vázquez –ligados al narcotráfico, según fuentes judiciales– el testigo dijo no saber qué tipo de relación tenían. Fue allí que el fiscal marcó una inconsistencia en el relato y le hizo leer en voz alta la declaración brindada en el Juzgado de Instrucción N° 4, donde aseguró que "los Vázquez abastecían a Monchi" con droga que traían "desde Buenos Aires o Bolivia por ruta". 

La siguiente pregunta de Fernández Bussy fue si conocía a qué actividad se dedicaba la familia Cantero. En ese momento, el testigo dijo no tenér idea. El fiscal, algo nervioso, volvió a apuntar una inconsistencia. Le hizo leer en voz alta otra parte de su testimonio, donde sostuvo: "Al principio el negocio de los Cantero en sí no era tanto la droga sino la protección de otros narcos. Guille mandaba gente a un búnker y dejaba un teléfono. Ahí se arreglaba, se protegía y ya se decía que ese búnker era de Guille y protegido por Guille".

Consultado sobre quién era Mariano Ruiz y sobre la relación que existía entre Leandro Vilches, Jorge Emanuel Chamorro y Guille Cantero, el testigo de identidad reservada manifestó que los conocía de haberlos visto y que tenían "un trato de amigos, de confianza". Fernández Bussy indicó que en ese momento el testigo sea declarado "hostil" por sus respuestas evasivas –esto permite hacer otro tipo de preguntas, que no sean directas–, y agregó que había una nueva inconsistencia.

"Además, tenían quioscos en República de la Sexta, trabajaban para Guille el Ema, el Pibu Villa y Vilches. Compraban la mercadería y la protección, que era un porcentaje de las ventas. Además, Guille los abastecía con cuatro o cinco fierros que no podían perder", leyó en voz alta nuevamente el testigo. Palabras que, una vez más, se contradecían con las manifestadas en el debate oral.

Denuncia de coacción y arreglo

En ese momento, el testigo pidió por segunda vez –la primera la había hecho ni bien comenzó a ser interrogado– que le dejaran explicar la declaración hecha en el juzgado del juez Vienna. El presidente del tribunal Ismael Manfrin llamó a todas las partes al estrado, donde se llevó a cabo un debate durante un puñado de minutos. Luego, el fiscal anunció que había concluido el examen directo y Manfrin le dio el uso de la palabra al citado testigo para que pueda expresarse.

"Tenía relación con Germán Almirón –condenado como miembro de Los Monos, ex policía de División Judiciales–. Caigo detenido (causa por homicidio en Maipú al 800 en 2012) y él me dijo que me iba a ayudar a arreglar mi libertad. Un día me citan a Tribunales. Creyendo que era por mi causa, fui a Instrucción N° 4 de Vienna. Sólo lo saludé y pasé a una oficina que está al lado. Estaba Almirón, un secretario que era gordo y otra persona más. Me dicen que me iban a ayudar. Me preguntaron si conocía a la familia (Cantero). Respondí lo mismo que acá. Ellos ya tenían la declaración armada. La rellenaron con mi conocimiento. Por eso hay cosas en la declaración que no sé", relató.

"Hasta hace poco tuve falsas promesas. Gracias a Dios se resolvió mi causa como era debido y ya estoy cerca de volver a mi casa", agregó el hombre que el pasado viernes tuvo una reducción en su condena, ya que la Cámara de Apelaciones en lo Penal lo consideró partícipe secundario en un resonante crimen de Maipú al 800 y no partícipe primario como se falló en primera instancia.

Una vez interrogado por el abogado Fausto Yrure, el testigo aseveró que anteriormente le ofrecieron un "abreviado" si ratificaba su declaración en el juicio. "No lo aceptamos", señaló con respecto a su postura y a la de su abogado defensor.

Los fiscales Gonzalo Fernández Bussy y Alejandra Rodríguez expresaron que denunciarán por falso testimonio al hombre que se presentó este miércoles en el juicio. Además, los defensores dijeron lo mismo con respecto a presunto incumplimiento de deberes de funcionario público y prevaricato a las personas mencionadas por el hombre recientemente.

El encendedor con cámara oculta

Entre los testigos que desfilaron más tarde por la sala del segundo piso del Centro de Justicia Penal, estuvo una policía que trabajó en la ex Brigada Operativa de la División Judiciales. La uniformada fue consultada sobre allanamientos a domicilios de los presuntos miembros de la organización y sobre los elementos secuestrados en cada lugar.

Lo llamativo fue que contó que en un procedimiento en Melián al 6300 se secuestraron fotos –una donde reconoció haber visto a Monchi, Salomón y Celestina Contreras–, impuestos, documentación de vehículos, heladeras y otros objetos más. 

"Había un encendedor con cámara oculta. También una fotocopia de cómo manejar un llavero con cámara oculta", resaltó la mujer.