El arte de brindar masajes a los bebés o  Shantala, es una técnica milenaria de origen hindú, y tiene su procedencia en las caricias espontáneas de las madres hacia los hijos. El médico ginecólogo y obstetra francés Frederick Leboyer se dedicó a observar la secuencia de movimientos que la mujer hacía y los exportó al mundo occidental hace aproximadamente 30 años.

Según publica el sitio del sanatoriodelamujer.com.ar, el masaje actúa sobre la dermis, el órgano más extenso del cuerpo humano que interviene en importantes funciones como la de percibir el medio externo, encargado de la termoregulación, de ser una barrera físicoquímica de intercambio gaseoso, de protección ante gérmenes y todas aquellas funciones relacionadas al desarrollo sensoriomotriz.

Esta técnica se practica actualmente para fomentar la relación madre/padre-hijo, como un espacio para la transmisión de afecto y de estimulación del desarrollo sensoriomotor del bebé. Todos los niños pueden ser  beneficiados con este tipo de masaje y especialmente, aquellos recién nacidos con bajo peso, ya que se ha demostrado que el masaje ayuda a la ganancia de peso. Se trata de una alternativa natural para aumentar el bienestar en niños sanos y restaurar la salud en niños con algún tipo de afección.

Además de fortalecer el vínculo entre los padres y los hijos, el Shantala otorga los siguientes beneficios:

- Ayuda a que el bebé crezca sano.

- Tonifica y fortalece los músculos.

- Mejora la adaptación e incentiva la inteligencia.

- Combate el insomnio y las pesadillas.

- Ayuda a conciliar el sueño.

- Relaja y ayuda a descansar mejor.

- Elimina problemas de cólicos.

- Facilita la maduración del aparato respiratorio y digestivo.

- Favorece la circulación sanguínea.

- Estimula y fortalece el sistema inmunitario.

- Revitaliza, tonifica y nutre la piel.

- Disminuye la secreción de la hormona del estrés.