Las especies invasoras llegan a nuevos hábitats por diversas vías, pero la principal es el transporte marítimo. Y actualmente este tipo de transporte conlleva la utilización de contenedores.

En todo el mundo, se realizan unos 527 millones de desplazamientos de contenedores marítimos cada año: China mueve por sí sola más de 133 millones de contenedores al año. No sólo la mercancía puede actuar como un vector para la propagación de especies exóticas capaces de causar estragos ecológicos y agrícolas, sino también los propios componentes de acero de los contenedores, según publica el sitio neomundo.com.ar.

Por ejemplo, un análisis de 116701 contenedores para el transporte marítimo vacíos que llegaron a Nueva Zelanda en los últimos cinco años reveló que uno de cada diez estaba contaminado exteriormente, el doble de la tasa de contaminación interior. 

Entre las plagas encontradas: la oruga lagarta, el caracol gigante africano, las hormigas argentinas y el chinche apestoso marrón marmolado. Todas ellas amenazan los cultivos, los bosques y los entornos urbanos. Por su parte, los residuos del suelo pueden contener semillas de plantas invasoras, nematodos y fitopatógenos.

"Los registros de inspección en Estados Unidos, Australia, China y Nueva Zelanda indican que miles de organismos de una amplia variedad de taxones están siendo transportados involuntariamente en los contenedores marítimos" afirmó recientemente Eckehard Brockerhoff, científico del Instituto de Investigación Forestal de Nueva Zelanda y responsable principal del citado estudio, en una reunión en la FAO de la Comisión de Medidas Fitosanitarias (CMF), el órgano rector de la CIPF.

El daño causado va mucho más allá de problemas relacionados con la agricultura y la salud humana. Las especies invasoras pueden obstruir los cauces fluviales y detener las centrales eléctricas. Las invasiones biológicas causan daños por valor de un 5 . de la actividad económica mundial anual, equivalente a un decenio de desastres naturales, según un estudio. El impacto económico de otras consecuencias más difíciles de cuantificar podría duplicar dicho valor, según Brockerhoff.

Hoy en día, en torno al 90 . del comercio mundial se transporta por mar, con una amplia variedad de alternativas logísticas, dificultando así un acuerdo sobre un método común de inspección. 

Si bien se necesita más tiempo, parece que existe unanimidad sobre la trascendencia de los riesgos y la necesidad de tomar medidas. Por ahora, se está a la espera de acontecimientos, mientras las partes interesadas dan un margen de tiempo a las medidas iniciales voluntarias, a un uso más generalizado de mejores prácticas o a una aplicación más diligente de los procedimientos existentes: en función del éxito de estas medidas la Comisión se replanteará el posible desarrollo de una norma internacional en el futuro.