¨Los dos nosotros entramos con el pelo amarillo y saltando para mirarnos en el espejo de mami. Yo porque tengo nueve y todavía no pego ningún estirón que no sé si voy a pegar y mi hermano porque es petiso porque algo dicen las vecinas sobre la alimentación de no sé qué y qué sé yo a qué cosa de qué edad que debería haber pasado y no fue. Las señoras grandes hablan todo el tiempo de comida. Las odio con odio de dientes apretados. Quiero que se mueran como lo de quedar con las manitos en el pecho y los ojos cerrados. Ojalá se mueran súper rápido así no dicen cosas todo el tiempo.¨

Editorial Seix Barral