Entre las equivocaciones que tenemos, hay dos malas costumbres: la primera es programar un sonido estridente en nuestro despertador, y la segunda, levantarnos de inmediato de la cama. Hay que tener en cuenta que hemos pasado entre 6 y 8 horas en una posición horizontal y que, por tanto, nuestro eje postural debe asumir poco a poco una nueva posición.

De hacerlo rápido, podemos marearnos, así que será conveniente despertar con calma y con tiempo como si se tratase de un ritual de relajación. 

Salir de casa sin desayunar es otra gran mala costumbre. Es recomendable despertarse un poco antes para tener tiempo y desayunar de forma relajada.

¡Nada más abrir los ojos y mirar el celular en medio de la noche! Controlar qué hora es, si han tenido actividad nuestras redes sociales, leer las noticias o chequar el WhatsApp, solo provocará insomnio. Hay todo un día por delante para poder hacer eso.

Respecto de la ducha por las mañanas, en este primer momento del día necesitamos activarnos y, para ello, siempre será mejor que el agua no esté a temperaturas muy altas. Lo ideal será empezar con agua tibia y terminar con un chorro frío, en especial en las piernas.