El cantante mexicano Luis Miguel se entregó este martes a la justicia de Estados Unidos y quedó detenido por "desacato". Más tarde, recuperó la libertad, luego de pagar una fianza.

El artista acudió a un tribunal californiano para responder en una causa por desacato derivada de un incumplimiento de contrato que denunció su ex manager William Brockhaus.

El cantante pagó una fianza sin revelar el monto y se encuentra fuera del precinto policial en donde se presentó para entregarse.

Lo hizo luego de que el 17 de abril pasado la jueza californiana Virginia A. Phillips ordenara a las autoridades federales que buscaran y detuvieran a Luis Miguel. Por tres ocasiones el artista optó por no comparecer en las vistas judiciales que se celebraban para aclarar su situación económica y ejecutar el pago de una deuda pendiente con quien fuera su representante.

La jueza que lleva el caso indicó que el cantante pagó una fianza de un millón de dólares y ya no está detenido. Sin embargo, debe volver a corte el 11 de mayo y, según la jueza, si el cantante no aparece no habrá otra fianza disponible.

Las audiencias a las que fue citado el cantante y a las que no compareció buscaban indagar por sus finanzas para que pagara el millón de dólares reclamado por su ex manager. 

Durante los últimos días, el artista había mantenido una vida social a los ojos del público en Los Ángeles, donde numerosos seguidores se retrataron con él a en los alrededores del hotel Beverly Wilshire.

Brockhaus ganó una demanda contra Luis Miguel por más de 1,4 millones de dólares en agosto de 2016, pero el empresario nunca llegó a cobrar esa cantidad, por lo que presentó otra demanda en Los Ángeles para reclamar a en los tribunales que se embarguen los bienes del artista.

En enero pasado, la jueza Phillips resolvió embargar un auto de lujo de la marca Rolls Royce del cantante para hacer frente a los cargos en su contra, pero el costo del vehículo no alcanzó para cubrir el costo de lo reclamado por Brockhaus.