Ante la constante demanda de papel higiénico en la superpoblada China y para evitar el robo o el uso excesivo, las autoridades de ese país han encontrado una solución. Se trata de unas máquinas de última tecnología que instalaron en los baños públicos de Pekín y que cuentan con un dispositivo para el reconocimiento facial.

Según los funcionarios la medida fue tomada porque los visitantes se estaban llevando demasiado papel, algunos hasta se metían el rollo en el bolso. Mas allá de los robos, desde el gobierno también se pretende hacer tomar conciencia para poder controlar el uso desmedido o el despilfarro.

Los aparatos funcionan de la siguiente manera: cuando un usuario se acerca a los aseos el mecanismo le saca una foto de su rostro antes de recibir el pedazo de papel que le corresponde, unos 60 centímetros. Si alguno desea más, deberá esperar 9 minutos para volver a repetir la acción.

Por ahora, según un informe de la BBC, la propuesta es todo un éxito y se ha logrado reducir un 20 por ciento del gasto total del papel. Pero también hay algunos inconvenientes, el scaneo de los rostros que debe tardar tres segundos a veces suele retrasarse hasta 30 segundos, lo que genera inconvenientes y largas colas.