n equipo de médicos del Hospital Universitario Austral argentino, que escaló el Cordón de Plata de la provincia de Mendoza, ubicado a 5.500 metros, reveló que la medición de dióxido de carbono espirado, que se obtiene a partir del análisis de gases exhalados, puede predecir el Mal agudo de montañas (MAM), que anticipa el edema pulmonar e indica a los escaladores cuándo detener la ascensión.

"El objetivo de la investigación fue evaluar parámetros clínicos como frecuencia cardíaca, saturación de oxígeno y dióxido de carbono espirado, un novedoso parámetro que nunca se había medido, producto del metabolismo interno del organismo que en circunstancias de estrés metabólico como el ejercicio o la hipertermia se ve incrementado", explicó a Télam Leandro Seoane, coordinador del Centro de Entrenamiento "Internacional American Heart Association".

El especialista en terapia intensiva y emergentología fue parte del equipo integrado por nueve personas que escaló a fines de 2014 el Cordón del Plata, una cadena montañosa de los Andes argentinos constituida por cumbres de entre 4.000 y 6.000 metros.

"Los parámetros se midieron a nivel del mar y a diferentes alturas: 2.700, 4.300 y 4.700 metros, y hubo que soportar nevadas y temperaturas extremas de 15 grados bajo cero. Esta experiencia constituye una investigación pionera en el país y la única realizada a nivel mundial con el objetivo de ofrecer información certera y eficaz para el desarrollo seguro del montañismo", aseguró.

El registro continuo de la concentración del dióxido de carbono (CO2) al final de la espiración es una técnica de monitorización no invasiva que provee información acerca del estado del metabolismo, la situación hemodinámica y la ventilación de las personas.

"En cuanto a la aplicación de la medición de dióxido de carbono espirado, se demostró que un alto valor predice mala evolución del rendimiento de los escaladores frente a ascenciones superiores, pero también que un valor disminuido en la alta montaña refleja edema en los alvéolos, la porción más pequeña del pulmón que absorbe el oxígeno, imposibilitando al deportista respirar correctamente y seguir ascendiendo", detalló.

Y agregó: "Es decir que la medición de ese parámetro tiene tres determinantes fundamentales, que son la producción de CO2 y su transporte, la circulación pulmonar y la ventilación. La interpretación de los valores obtenidos puede llegar a revelarnos en qué circunstancias se encuentra la persona y predecir el MAM".

"Entonces, el aumento de la medición de dióxido de carbono espirado puede ser el resultado de la producción excesiva de CO2 subyacente a hipertermia, alto gasto cardíaco, hiperventilación y alto consumo metabólico, que termina siendo desfavorable para el andinista", enfatizó.

La falla en los mecanismos de aclimatación y cierta susceptibilidad personal son factores que originan enfermedades agudas relacionadas con la altura, "pero ninguna forma grave de esas enfermedades se instala bruscamente, ya que toda persona afectada por un edema presenta síntomas preocupantes 24 ó 48 horas antes de llegar a una forma clínica peligrosa", aclaró el especialista.

Seoane puntualizó que "una medición de dióxido de carbono espirado de cero significa que la persona o el escalador no está respirando, mientras que la caída de los valores de esa medición sugiere producción disminuida de CO2 o disminución de su transporte".

"La falta de aire que se respira en alta montaña es la causa de todos los males de los escaladores. De hecho, se observó que a los 4.700 metros el promedio de saturación de oxígeno en la sangre era solo del 70 por ciento, cuando a nivel del mar los valores normales van desde el 96 al 100 por ciento", explicó.

Y concluyó: "Esa dificultad exige un proceso paulatino de adaptación del cuerpo, por eso, en nuestro caso, la ascensión llevó nueve días y la hicimos lenta y pausadamente. De lo contrario, si una persona sube a los 6.000 metros repentinamente, a los diez minutos muere de edema cerebral o pulmonar".

Fuente: telam.com.ar