Este viernes a las 21.30 se presenta en Plataforma Lavardén, Sarmiento y Mendoza, la cuarta edición del festival Mejor no hablar de Celtas cosas, que promueve revelar el espíritu y los sonidos de dicho pueblo de un modo dinámico y descontracturado.
En esta oportunidad, se presentan tres grupos de la ciudad: Clanavis, que se embandera con la lucha de los escoceses por la libertad; Las Gaitas Asesinas de San Virulais, con melodías alegres, bailes y actuaciones llenos de energía; y, como invitados, El Regreso del Coelacanto, la banda que encabeza el polaco Abramowski, en carácter de grupo invitado.
“Es la primera celebración de este año, pero ya llevamos tres encuentros", explica Cynthia Mac Donald, integrante del septeto La Gaitas Asesinas de San Virulais, en diálogo con Rosario3.com.
El proyecto surgió en 2011, de la mano de las dos bandas de folk escocés y, tal como ocurrió en los festivales anteriores, invitan a un grupo que no tiene relación directa con el género
La elección del Coelacanto responde al hecho de que Las Gaitas prestaron su instrumentación para algunas de las canciones del grupo más ligado al rock.
“El orden es azaroso, no tiene que ver con una jerarquía. En este caso, abrimos nosotros, nos siguen los chicos de Clanavis y termina el Coela. Y, ahí si subimos los tres grupos para el cierre”, explica la instrumentista, al tiempo que destaca que durante las actuaciones particulares de cada banda también hay colaboraciones de las restantes.
La música celta tiene un denominador común que es el nomadismo de su pueblo pero, al interior, se reconocen distintas expresiones.
“Cambia mucho en relación al lugar donde se establecieron. Lo del lugar es clave porque, los celtas, en la cultura escocesa, apuntaban a la libertad y luchaban por eso. Y el sonido de la gaita se usaba como música de batalla, para dar fuerza en el combate o para llamar a la lucha”, apunta quien ejecuta la gaita asturiana.
“En cambio, en el norte de España, el género está más ligado a lo folclórico y festivo, por sus propias condiciones. Y también hay que decir que estos pueblos tampoco fueron contemporáneos a esa lucha”, completa.
En el caso particular de Las Gaitas Asesinas de San Virulais, la tradición celta está libre de solemnidad y propone una mezcla con ritmos latinoamericanos.
“Hay bongos, djembes, rototoms” avanza la gaitera, sobre el personal aporte del conjunto que integra el ciclo.
“Es un poco dar cuenta de que se puede fusionar este género con otros ritmos y demostrar que no es sólo música de películas. Es un show colorido y alegre donde estamos disfrazados de seres esféricos, como enanos y elfos”, explica Cynthia.
“Es algo tan diferente que despierta la curiosidad y, a la vez, es complicado de referenciar, porque no es parecido a nada. Decimos que somos las Gaitas Asesinas porque matamos aburrimiento y la tristeza”, sintetiza.
Por el lado de Clanavis, la apuesta visual no le va en zaga. El grupo se centra en el folk escocés y recupera la citada proclama de libertad de ese pueblo ante la opresión de otros.
“Por eso, están ataviados como guerreros y su instrumentación responde al espíritu bélico: gaita escocesa, percusión y zurdos invitados” -explica Cynthia- “Hay mucho de puesta en escena y trabajo visual muy fuerte en el evento”.
Para el show, los grupos que remiten al mundo sonoro celta presentan tanto composiciones propias como tradicionales y temas versionados