Más de 2,6 millones de adolescentes y más de 3,2 millones de mujeres de 20 a 64 años accedieron a una cobertura de salud; la mortalidad materna se redujo de 4,4 a 3,2 por diez mil nacidos vivos; más de 100.000 mujeres inscriptas en el Programa SUMAR reciben la Asignación Universal por Embarazo (AUE) y cuatro nuevas vacunas gratuitas fueron incorporadas para las mujeres en estos diez años en el marco de un conjunto de políticas integrales que priorizan la inclusión y la ampliación de derechos.

En los últimos diez años la cartera sanitaria nacional puso en marcha un conjunto integral de políticas sanitarias dirigidas a las mujeres --desde la niñez y la adolescencia--, desde diversas áreas como la Dirección Nacional de Maternidad e Infancia (DINAMI); el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable (PNSSyPR); el Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cervicouterino (PMPCC), el Instituto Nacional del Cáncer (INC), la Dirección Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiNaCEI), el Programa SUMAR; la Dirección de Sida y de Enfermedades Transmisibles.

La cobertura de salud como política de Estado

El Programa SUMAR, ampliación del Plan Nacer, considerado un modelo ejemplar de política sanitaria- brinda cobertura de salud a más de 2,6 millones de adolescentes y más de 3,2 millones de mujeres de 20 a 64 años de edad a través de 7.289 centros de salud y hospitales públicos del país, con el propósito de reducir la enfermedad y la mortalidad materna e infantil y promover el acceso a la salud como un derecho de todas y todos.

El Programa SUMAR contempla la asistencia de problemas tan amplios como el abuso de alcohol y drogas, la violencia sexual, la vacunación, los controles oftalmológicos y odontológicos, las consultas ginecológicas en adolescentes, los controles prenatales y la atención del parto y del recién nacido y de las puérperas. También incluye controles clínicos, ginecológicos y estudios para prevenir el cáncer de mama y el cáncer de cuello de útero.

Más de 100.000 de las mujeres que están inscriptas en el Programa SUMAR, reciben la Asignación Universal por Embarazo (AUE). Según un estudio efectuado junto con el Banco Mundial concluido a fines de 2013, los controles prenatales se incrementaron en un 16% y la probabilidad de nacimientos con muy bajo peso se redujo en 26% en el periodo 2004-2008 en el marco del Plan Nacer (hoy SUMAR). Estos datos inciden directamente en una reducción de la mortalidad materna e infantil.

Mortalidad materna

Entre los principales logros se destaca en primer lugar un descenso desde 2003 del índice de mortalidad materna que pasó de 4,4 a 3,2 por diez mil nacidos vivos en 2013, la tasa más baja de la historia, en un contexto de una mayor atención regionalizada.

Desde la Dirección Nacional de Maternidad e Infancia (DINAMI) se promueve el embarazo planificado, gracias al Programa nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable creado en 2003 y al acceso gratuito a métodos anticonceptivos para que la mujer pueda recibir desde antes de la concepción, durante el embarazo, el parto y el puerperio, atención médica de calidad. Dicho Programa entrega diversos métodos anticonceptivos en Centros de Atención Primaria y hospitales públicos de todo el país. Casi cuatro millones de mujeres de 15 a 49 años de edad no embarazadas y sin cobertura en salud acceden gratuitamente a métodos anticonceptivos.

En 2014 ese Programa incorporó un método de nueva generación: el implante subdérmico que está destinado a aquellas jóvene. de 15 a 19 años que ya atravesaron un "episodio obstétrico" y que no tenga obra social o prepaga. Este método ofrece un 99% de efectividad durante 3 años con el propósito de reducir la fecundidad y la tasa de natalidad en adolescentes. En 2014 el Programa referido adquirió 13 mil implantes anticonceptivos.

Desde 2008 lleva adelante el Plan para la Reducción de la Mortalidad Materno-Infantil, de la mujer y Adolescentes, al que hasta la fecha han adherido 19 provincias y jurisdicciones: Catamarca, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Misiones, Río Negro, Salta, San Luis, Santiago del Estero y Tucumán, más las regiones sanitarias 5a, 6a, 7a, 11a y 12a de la provincia de Buenos Aires.

Desde la Dirección Nacional de Maternidad e Infancia se trabaja en el mejoramiento de la calidad de la atención del parto, en especial cuando se presentan situaciones consideradas "de emergencia obstétrica".

Más vacunas para las mujeres en Argentina

La inmunización a través de las vacunas es otro de los pilares de las políticas sanitarias como política de Estado. En esta década Argentina incorporó seis vacunas gratuitas y obligatorias --de las 19 que en el transcurso de este año contemplará el Calendario Nacional de Vacunación--, orientadas específicamente para la prevención y protección de la salud de las mujeres en cada etapa de la vida.

Las embarazadas deben aplicarse igualmente en cualquier momento del embarazo la vacuna antigripal pues el embarazo es un periodo de mayor riesgo para la mujer y al mismo tiempo, protegerá al bebé en sus primeros meses de vida. La vacuna contra la hepatitis B se recomienda en la Argentina desde 2012. Quienes están embarazadas puedan también vacunarse contra esa patología y proteger también al bebé.

Después del parto, aquellas que no tengan el carnet de vacunación completo, deben aplicarse la vacuna doble viral (contra el sarampión y la rubéola). El sarampión puede provocar graves complicaciones y muerte en niños pequeños y la rubéola puede producir graves malformaciones en el bebé cuando la mamá se enferma durante la gestión. La vacuna doble adultos protege contra la difteria y el tétanos. Lo recomendable es un refuerzo cada diez años.

La prevención y detección temprana del cáncer

En el marco de la sinergia alcanzada entre los diversos programas y organismos dependientes de la cartera sanitaria nacional figura la vacuna VPH (Virus del Papiloma Humano) que debe aplicarse a las niñas de 11 años pues las protege contra los dos tipos de VPH de alto riesgo, responsables de casi el 80 por ciento de los casos de cáncer de cuello uterino. Esta vacuna requiere dos dosis con un intervalo de seis meses.

Los controles periódicos constituyen un recurso esencial para reducir riesgos y prevenir cánceres de mayor incidencia y mortalidad entre las mujeres en Argentina, donde cada año se registran 115.000 nuevos cáncer, de los cuales 60.000 afectan a mujeres.

El cáncer de mama registra el mayor volumen (19.000 nuevos casos por año), seguido por el cáncer de colon-recto y el cervicouterino, para los cuales el INC dispone de programas específicos.

En 2013 ese organismo creó el Programa Nacional de Cáncer de Mama para un diagnóstico oportuno que provoca 5.400 muertes anuales en el país. Las autoridades sanitarias insisten por ese motivo en la prevención como herramienta fundamental. Para ello se recomienda un control clínico mamario una vez por año a partir de los 20 años y una mamografía cada dos años para las mujeres de entre 50 y 70 años sin antecedentes personales o familiares de cáncer de mama.

En este contexto, el test de VPH y el PAP (Papanicolau), gratuitos en todos los centros de salud y hospitales del país, para prevenir el cáncer de cuello uterino forman parte de la estrategia preventiva.

El test de VPH, lanzado en la provincia de Jujuy en 2011 convirtió a la Argentina en uno de los países pioneros en la introducción de esta tecnología en América Latina. Los positivos resultados obtenidos desde entonces pues las mujeres a partir de los 30 años pueden proceder a una sencilla autotoma para obtener la muestra a analizar, impulsaron su aplicación paulatina en otras provincias como Catamarca, Tucumán, Misiones y Neuquén, con el objetivo de cubrir todo el país.

En el año 2012, el INC realizó el Proyecto EMA (Evaluación Modalidad Autotoma del Test de VPH), con el propósito de evaluar la aceptabilidad de esta modalidad por parte de las mujeres y su efectividad. Sus auspiciosos resultados le valieron el reconocimiento de la prestigiosa revista científica británica The Lancet y del organismo estadounidense Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

El PAP es un método preventivo sumamente efectivo destinado a las mujeres de 25 a 64 años de edad. Luego de dos PAP anuales con resultado negativo, es decir sin hallazgo sospechoso, el estudio debe repetirse cada tres años, precisa el INC.

Descenso de la transmisión vertical de VIH

Entre 2009 y 2013 se produjeron 2.200 diagnósticos de VIH por año en mujeres (de un total de 6.200), es decir una tendencia descendente de esa tasa. En cuanto a la transmisión madre-hijo, ésta se ha reducido sostenidamente pasando de 329 niños infectados en 1995 a menos de 100 en 2013.

Leyes para la mejorar la salud

Tres leyes completan el conjunto de políticas sanitarias públicas impulsadas en esta década: la Ley

Nacional de Derechos de Padres e Hijos durante el Proceso de Nacimiento conocida como Ley de Parto Humanizado) (Nº 25.929); la Ley de Lactancia Materna, Promoción y Concientización Pública (Nº 26.873) y la Ley de Reproducción Médicamente Asistida (Nº 26.862).

La primera reconoce a toda mujer una serie de derechos que deben ser respetados en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto.

La segunda significa el mejor principio para una vida saludable pues reduce la posibilidad de que los niños contraigan muchas de las enfermedades más comunes. Además, esta legislación respalda a las madres trabajadoras durante el periodo de lactancia pues establece la creación de "espacios amigos de la lactancia" en los lugares de trabajo.

La tercera ley mencionada establece el derecho de todas las personas mayores de edad, sin discriminación o exclusión según su orientación sexual o estado civil, a acceder a esta prestación de fertilización a cargo del sistema público de salud y de las obras sociales.

Prevenir la transmisión de Chagas de madre a hijo

La importancia de la transmisión vertical del Chagas durante la gestación, impulsó la aplicación de un test gratuito, un sencillo análisis de sangre a las embarazadas para detectar esa enfermedad. Un diagnóstico de infección chagásica en la madre, permite iniciar rápidamente un tratamiento en el bebé al nacer, lo cual conlleva una alta eficacia curativa.

Según el Programa Nacional de Chagas de la cartera sanitaria nacional, en diez años, el porcentaje de mujeres embarazadas infectadas con el parásito Tripanosoma cruzi, se redujeron de 5,49% a 2,99.

Fuente: msal.gov.ar