YPF, una de las tres empresas más grandes del país, dio los primeros pasos formales por un reclamo en Rosario a la firma local Rofex por una diferencia en contratos por el "dólar futuro". La diferencia en pugna, que está a un paso de llegar a los Tribunales, sería de más de 340 millones de pesos. Si bien no es el primer conflicto en la ciudad, ya que hay causas que fueron abiertas tanto en los tribunales Provinciales como en los Federales, es la primera vez que involucra a una firma de tal envergadura.

Según lo que informaron A Diario (Radio 2) los periodistas Ciro Seisas y Hernán Funes, el proceso ya pasó por una primera audiencia de mediación prejudicial, un paso obligatorio antes de presentar una demanda. Fue ordenado por el CEO de la petrolera, Ricardo Darré, en representación de los intereses de los accionistas. Curiosamente, en este caso se trata de una petrolera cuyo capital mayoritario lo tiene el Estado. Inclusive, de prosperar una demanda, podría hacer frente a ella finalmente el propio Banco Central de la República Argentina. No son pocos los que en el mundo judicial señalan que si el propio Estado reclama, podría legitimar las discusiones ya planteadas previamente por privados.

En Rosario, el reclamo está patrocinado por los abogados Marcos Peyrano y Froilán Ravena, del estudio Peyrano-Ravena & Asoc. El primero de ellos confirmó la convocatoria a una mediación, aunque se excusó de brindar detalles alegando una cláusula de confidencialidad. Otras fuentes consultadas ratificaron la existencia del conflicto pero prefirieron referirse a "un canal de diálogo abierto" para "alcanzar una solución".

El dólar futuro se enmarca dentro del contrato de futuros. Se trata de la realización de contratos de compra o venta de divisas, materias primas o cualquier otro producto. En la Argentina se opera en el MAE (Buenos Aires) y en el Rofex, que es el Mercado a Término de Rosario S.A., sobre quien tiene acciones la Bolsa de Comercio.

Según explican en el mundo financiero, "las contrapartes acuerdan un precio en una fecha futura. Uno se compromete a vender a ese precio y, el otro, a comprar, aunque no se intercambian dólares, sólo se compensan las diferencias entre el precio pactado y el valor que tiene el dólar a la fecha de vencimiento del contrato".

Sobre finales de 2015, el mercado a término formalizó operaciones por 20 mil millones de pesos. No son pocos los que aseguran que hubo una "sobreventa" amparada por el Estado. Con el cambio de gobierno y el levantamiento del cepo cambiario que eliminó el dólar blue y el "negro", el oficial se disparó. Entonces, como el Banco Central ofreció en septiembre y octubre de 2015 dólares a futuro con vencimiento en marzo de 2016 en un valor cercano a los $10,50, al llegar el tercer mes del año la diferencia fue sustancial, ya que la divisa había superado los $15.

Sobre esa distancia surgieron los conflictos judiciales, que apuntan a los operadores privados como Rofex, aunque todas las operaciones se formalizaron con el aval del BCRA y de la Comisión Nacional de Valores.

En su momento, Rofex declaró la "emergencia" y liquidó contratos con la mitad de la diferencia, pero varios operadores avanzaron por la vía judicial. Entre ellos están Free Way -operador mayorista de turismo-, All Season SRL (agencia de turismo de Buenos Aires), Ivansar S.A. (venta de productos siderúrgicos), Arimex Importadora, Diego Hernández y la cerealera Molinos Benvenuto. Varios de esos juicios se unificaron en el fuero civil de los Tribunales Federales, en los despachos que controla la jueza Sylvia Aramberri.

Si bien durante un largo tiempo fue una opción para las operaciones financieras, el "dólar futuro" arrastra hoy distintos procesos. En otra causa, que es penal y que no tiene ninguna vinculación con las anteriores, la ex presidenta Cristina Kirchner fue procesada por el juez Claudio Bonadio, quien considera que hubo perjuicio a la administración pública e irregularidades en el procedimiento. Es que, por la venta de la divisa a un precio inferior al del mercado, el Banco Central tuvo que pagar un alto costo.