Los oídos son una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo. Por eso, hay que extremar el cuidado a la hora de limpiarlos, porque puede resultar peligroso si no se hace correctamente.

Tradicionalmente, se ha tendido a retirar la cera de los oídos pero los expertos, sin embargo, creen que es un grave error.

"Nunca hay que introducir nada más pequeño que tu codo en un oído", señaló el doctor Martin Burton, profesor de Otorrinolaringología en la Universidad de Oxford, según lo publicado por la revista Time.

Los hisopospueden dañar o irritar la piel extremadamente delicada del canal auditivo, permitir la entrada de bacterias o incluso perforar el tímpano. Además, suelen empujar la cera más que retirarla, lo que puede bloquear al canal auditivo.

¿Entonces cómo sacarse la cera de los oídos? Sencillo, no hay que hacerlo. 

La cera lubrica el canal auditivo, repele la suciedad, el polvo, incluso los insectos. Compuesta por células muertas de la piel, ácidos e incluso colesterol, es antibacteriana, porque atrapa y mata microorganismos que pueden producir enfermedades. De hecho, el picor de oídos se produce no por la presencia de cera, sino precisamente por su ausencia.

Hablar o masticar son ejercicios que permiten que el cerumen fluya hacia el exterior del canal auditivo, momento en el que sí se puede limpiar, mientras nos duchamos. "Al 99% de la gente le funciona así", dice Svider. El 1% de la gente que produce demasiada cera y que tiene tapones, tiene que recurrir a limpiezas realizadas por profesionales.