Catarina Migliorini, de 21 años, que subastó su virginidad por una causa solidaria y para pagar sus estudios, volvió a poner su virginidad en venta porque, según explicó, el ganador de la apuesta nunca existió.

El mayor postor –que según confesó la joven no fue más que un ardid– había ofrecido 780 mil dólares a la muchacha brasileña.

Pero la operación no se concretó y Catalina no puedo donar el dinero para la construcción de casas para los necesitados y, tampoco, tomar parte del monto para solventar sus estudios de medicina en Argentina.

Aunque en el proceso logró el reconocimiento internacional, lo que motiva a Migliorini a volver a ofrecer su castidad, es lograr una valor aún mayor, cerca de un millón y medio de dólares.

La subasta inicial fue parte de un documental australiano titulado Virgins Wanted, dirigido por el cineasta Justin Sisely, en el que un millonario de 53 años llamado Natsu habría comprado la virginidad de la muchacha pero, según ella, el ganador no existe y la subasta fue simplemente una estrategia de Sisley para obtener la cobertura de los medios de comunicación para el documental.

"Después de haber sido presentada en muchos medios de comunicación en diversos países, he decidido subastar mi virginidad más cara", explica a The Huffington Post.