¿Culpa de las picadas de fin de año? Al menos eso dijo Horacio Rodríguez Videla, un correntino de 42 aos, al explicar el ibcreíble caso del que fue protagonista: tenía un escarbadientes en el corazón.

Este hombre de 42 años comenzó a sentirse mal en enero pasado. Se dirigió a un hospital de Corrientes porque tenía fiebre y no podía bajarla con nada. Le recetaron un medicamento porque creían que tenía un principio de neumonía, pero tampoco funcionó.

Con el correr de los meses le hicieron estudios varios pero no descubrían que afectaba su salud, que empeoraba día a día.

Ya con 7 kilos menos lo derivaron al Hopital Fernández de Buenos Aires. Pero no mejoraba. Pero a principios de este mes, después de que se limpiara la infección del corazón, los médicos pudieron ver que había un objeto extraño clavado y decidieron operar. “Cuando lo vi en la radiografía pensé que se trataba de un catéter que se había quedado ahí desde alguna otra intervención. Lo increíble fue cuando lo operamos. Primero sacamos toda la sangre del corazón y entonces se vio claro. Era un escarbadientes”, contó a Clarín el jefe de cirugía cardiovascular del Hospital Fernández, Fernando Cichero.

“Le abrimos el corazón, todos lo vimos, nos quedamos mudos, me preguntan que era y digo: un escarbadientes”, contó el profesional, que explicó que “Uno de los problemas es que como el escarbadientes es de madera, no se veía inicialmente en la radiografía. Es un caso del doctor House”.

Según el médico, el escarbadientes pudo haber entrado por el esófago o por la vena cava inferior y de ahí a la aurícula derecha, que va directo al corazón. “Hay dos casos en el mundo En 1972 y una mujer en China en 2011”, dijo. “Es un caso extraordinario porque no tuvo síntomas. Tuvo tos con sangre, pero en Corrientes pensaron que era neumonía”, agregó.