Vecinos de Pichincha sumaron un nuevo reclamo a los ya conocidos ruidos molestos y complicaciones en la circulación debido a la intensa actividad nocturna que se ha ido afianzando en la zona. La queja es ahora en Jujuy entre bulevar Oroño y Alvear. Se trata de un nuevo ensanchamiento de vereda en esta calle que se extiende a lo largo de dos comercios. Desde la Municipalidad de Rosario advirtieron que se trata de una obra legal. Mientras tanto, los comerciantes valorizan el cambio de cara que ha tenido el barrio, más allá de los inconvenientes que pueden expresar algunos habitantes de la zona.

En contacto con el programa A Diario (Radio 2), el secretario de Planeamiento, Pablo Ábalos, explicó que existe una ordenanza que abarca a las esquinas de Pichincha que habilita su extensión. “Siempre que haya un comercio gastronómico y un pedido de su titular se puede hacer”, advirtió y resaltó que en el caso de calle Jujuy y Oroño –mano derecha– se tomaron dos lotes linderos: “Se les otorgó una autorización y se los consideró una unidad, con la idea de promover el paso peatonal teniendo en cuenta que es una cuadra con mucha actividad, con muchos jóvenes que se mueven de noche”.

El funcionario aclaró que no es “una excepción”. “Se valoró que son dos lotes y la prioridad al peatón sobre el espacio de estacionamiento. Se valoró eso, hubo una interpretación en esos términos conceptuales”, observó. Sin embargo, admitió que es una intervención más larga que las otras efectuadas en el lugar y consideró: “La ciudad tiene asumida la necesidad de priorizar el peatón en lugares de tanta concentración pero se puede revisar el concepto”.

Este viernes al mediodía está prevista una reunión entre autoridades municipales, vecinos y representantes comerciales en el marco de una serie de reclamos efectuados por habitantes del barrio, quienes se quejan por los ruidos que deben soportar casi toda la semana, suciedad y presencia de personas alcoholizadas en sus puertas.

También entrevistado por el periodista Ciro Seisas en Radio 2, Reynaldo Bacialuppo, de la asociación Mercado Pichincha, adelantó la presencia de los titulares de los 35 comercios que agrupa la entidad al tiempo que aseguró que existe total predisposición de solucionar los inconvenientes que surjan.

Sin embargo, valoró las modificaciones que introdujo en la vida del barrio la proliferación de bares y heladerías. “Sucede lo mismo en todos los barrios del mundo que crecieron. Es algo positivo, bueno. Se hizo más seguro el barrio, antes era una boca de lobo, creció para bien y se crearon unos 1000 empleos directos y unos 2 mil indirectos”, apuntó.

Para el comerciante, “a Rosario le faltaba un barrio alegre, con gente joven,a nivel de lo que pasa en Palermo”, dijo en relación a la movida que se generó en ese barrio de Capital Federal. “Queremos trabajar sin molestar, estamos siempre a disposición”, subrayó y evaluó: “Reclamos individuales hay 4 o 5 aunque no dejan de ser importantes pero no hay una guerra entre vecinos y comerciantes, la mayoría de nuestros clientes son amigos y vecinos”.