Sabrina Ferrarese

Un año atrás, el Concejo celebraba la eliminación del rubro cabarets y whiskerías de la ordenanza de espectáculos públicos, en una guerra contra la explotación sexual de mujeres. Sin embargo, la normativa sólo impidió que se abrieran nuevos locales de este tipo mientras avanzó la proliferación de esta práctica en los llamados “privados”. Una muestra contundente la dio el jueves pasado un extenso operativo que terminó con dos lugares de este tipo allanados y clausurados y 8 detenidos por conformar una presunta red de facilitamiento a la prostitución y explotación sexual que operaba a través de Supergatitas.com, un sitio de ofertas sexuales muy famoso en la ciudad.

En julio de 2013, en el Palacio Vasallo se daba luz verde a un proyecto que impidió, desde entonces, la habilitación municipal de nuevos locales en donde trabajan alternadoras. La iniciativa busca que, al menos, el Estado no legalice estos comercios que suelen servir de fachada para que sus titulares u administradores ganen dinero a través del trabajo sexual de mujeres. Consultada por Rosario3.com, la autora del proyecto, María Eugenia Schmuck, consideró que a pesar del cumplimiento de la normativa, la explotación de mujeres que se dedican a la prostitución continúa en pie a través de los “privados”. “Hay muchísimos. Cada vez hay más privados y denuncias ante la fiscalía que han derivado en causas judiciales”, advirtió la edila radical, quien señaló: “Todos los meses tenemos una denuncia” de inmuebles en donde se evidencia el desarrollo de estas actividades.

Para la concejala, no hay dudas: “En la mayoría de los casos hay proxenetimo” y explicó en ese sentido: “Para que no sea considerado como prostíbulo no tienen que ser las mujeres las que alquilan pero eso no pasa nunca. Con la modificación de la ley de trata, sí o sí es delito, haya o no voluntad. El consentimiento no es un factor, es delito es porque alguien se beneficia con el trabajo de otro”. Estos locales funcionan, en gran parte, en departamentos ubicados en el centro: “Hay muchos sobre calle San Juan, San Martín, Buenos Aires, Pellegrini y Mendoza–precisó–; también hay en barrios pero son más precarios”.

Schmuck indicó que existe “un proxenetismo solapado porque a estas mujeres se les cobra un alquiler. Muchas veces son lugares lamentables y deben pagar precios excesivos. Ahí está la explotación”. Según apuntó, estos locales en muchas oportunidades son regenteados por parejas. “Hay menores en los más lujosos al igual que mujeres muy jóvenes. En los que funcionan en galpones o casonas hay mujeres de entre 22 y 30 y pico y son muy vulnerables. Casi todos abren y cierran, cambian de lugar, de ciudad y se llevan a las chicas”, remarcó.

Por su parte, la secretaria de Delitos Complejos, Ana Viglione, consideró: “El proxenetismo se va disfrazando, toma estado en otras realidades que ya hemos detectado”, expresó. “Si hay prostituyentes que consumen este tipo de actividad se da, hay un grupo de gente que consume este servicio de manera constante, más allá de alguna despedida de soltero o fiesta privada”, observó.

“Hemos detectado nuevas formas de promover la actividad para evitar complicaciones personales. Por ejemplo mediante tarjetas que ni siquiera ofrecen masajes sino de talleres mecánicos con teléfonos que permiten la contratación sin levantar sospechas. Estamos hablando de una oferta encubierta, nuevas metodologías que se presentan como nuevos desafíos para nosotros”, continuó.

Por una ciudad sin cabarets

La aplicación de la normativa que hace un año prohibió la habilitación de este rubro en Rosario tiene, a un año de su sanción, un saldo positivo. Al respecto, María Eugenia Schmuck, sostuvo: “La norma ha tenido mucho éxito, producto del debate en agenda pública y el compromiso de la Provincia en la lucha contra el proxenetismo y la trata. Los vecinos también empezaron a denunciar. Ya no hay locales habilitados por el municipio aunque, hasta 2015, Las Vegas tiene habilitación y Gótika y Arrow están funcionando como cabarets”.

Viglione, en tanto, confió: “Creo que la fisonomía de Rosario ha cambiado” y remarcó la clausura de La Rosa y El Escondite, dos lugares emblemáticos en la noche rosarina. En cambio, la directora del Instituto de la Mujer, Andrea Travaini, advirtió que aunque la norma impide la apertura de nuevos locales también vuelve más invisible el trabajo sexual y el contacto con quienes lo ejercen.

Por su parte, la concejala del Frente para la Victoria Norma López, quien acompañó la aprobación de la ordenanza, manifestó: “Fue ejemplificador que cierren lugares emblemáticos bajo el rubro whiskerias (como el Palacio y La Rosa), pero como todos sabemos con eso no basta, sino nos quedamos en una política de maquillaje sobre un tema importantísimo y complejo que necesita de un abordaje integral y que implica un cambio cultural. Por supuesto que hay que avanzar sobre todo con los llamados "privados", y esto lo tuvimos en cuenta a la hora de sancionar no sólo ordenanza de prohibición sino también de proponer varias cuestiones que hacen a la integralidad del tema”.

En ese sentido, recordó: “Sabíamos por un lado, que esto se estaba generando, que necesitábamos contemplar este tema por el cierre del rubro y prevenirlo. Por eso propusimos un proyecto para que el la Municipalidad convoque a una reunión urgente de la Mesa de Trata junto a diversos actores, incluyendo a Cámaras inmobiliarias, administradores de consorcios, etc para que aporten información y poder trabajar conjuntamente y mejor sobre el tema de los privados”. También presentó un por entocnes, un proyecto de inserción laboral para víctimas de trata y proxenetismo, y otro sobre inclusión socioeducativa.