Tras la clausura del club de arte Kika, ubicado en Urquiza 1580, los Espacios Culturales Unidos de Rosario (Ecur) exigieron la inmediata sanción de una ordenanza que integre este tipo de espacios en la ciudad. El lugar fue sancionado, según trascendió, porque había personas bailando.

En diálogo con Radiópolis (Radio 2), el titular del club y también integrante de Ecur, Sebastián Mattheus, confirmó la existencia de varias clausuras de lugares que, como el suyo, ofrecen además de una oferta gastronómica, una variada agenda cultural. “Pedimos que traten ya una ordenanza que nos contenga”, pidió.

“Todos los que integramos el Ecur estamos enmarcados en distintas figuras cuando no somos ni bares, ni boliches. Nosotros somos espacios culturales, algunos tenemos servicio de bar o comida y otros no”, precisó.

Mattheus exigió: “Queremos que se nos permita hacer las actividades culturales que desarrollamos, entre ellas está el baile”.

Los titulares de estos espacios vienen sosteniendo este pedido: una norma que regule su funcionamiento que es diferente al de otros lugares que funcionan en la nocturnidad. Junto con los concejales Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular), María Eugenia Schmuck (Radicales Progresistas) y la edila Caren Tepp (Ciudad Futura), presentaron el año pasado un proyecto de ordenanza para crear la figura de Club Social y Cultural.

El año pasado se sostuvo una discusión sobre la reforma de la ordenanza de Espectáculos Públicos, donde se abordó la problemática de la nocturnidad. Estos referentes, entre ellos, Distrito 7, Centro Cultural El Espiral, Olimpo, La Chamuyera, La Muestra, La Peruta, Bon Scott y La Trunca, intentaron hacerse escuchar. En octubre, el Ejecutivo presentó un decreto que para el Ecur es insuficiente.