Alfredo Olivera es abogado del capitán Jorge Giandinoto, jefe de la compañía de Municiones del Batallón de Arsenales 603 de Fray Luis Beltrán y uno de los siete oficiales investigados por la faltante de miles de proyectiles. Por El Tres y Radio 2 contó la situación de su defendido a quien eximió de responsabilidad por lo ocurrido y calificó del “perejil” de la historia. A su entender, habría sido un chivo expiatorio. Habló de “deslealtades” y sembró dudas sobre el paradero de las balas. Pidió que se investigue toda la cadena de mando.

En contacto con De12a14 y La Primera de la Tarde, Olivera aclaró que su cliente fue separado de su cargo pero que no está fuera de funciones, sino que trabaja en una área distinta hasta que concluyan las investigaciones judiciales y militares.

Explicó que si bien el escándalo por las 19.600 balas robadas se destapó la semana pasada, Giandinoto había sido reubicado en los primeros días de diciembre de 2014. Señaló que ya entonces sospechaba un movimiento para endilgarle a él y a sus subalternos la responsabilidad por irregularidades en la conservación de las municiones y así lo informó al Ejército. Indicó, incluso que superó sin problemas un control de rutina sobre el stock hace poco. 

Sin embargo, hasta que salió de licencia no trascendió la faltante de tamaña magnitud.

Olivera reconoció que tiene “especulaciones personales” sobre quién pudo haber estado detrás de todo esto y habló de una “cadena de torpeza”, de “deslealtades de subalternos y ordenes equívocas”.

Además, deslizó sus dudas acerca del número que se denunció robado: “No estoy convencido de que todo el faltante esté faltando precisamente”. ¿Estará escondido tal vez? La intendenta Mónica Fein había asegurado que esas balas nutrieron el circuito de la violencia local.