En 2006, Rosario3.com irrumpió en la comunicación digital que ya llevaba varios años de movimiento continuo en el mundo. Desde entonces, emprendió el desafío diario de construir su identidad en un área caracterizada por la vorágine y el cambio. Especialistas de Rosario, Buenos Aires y Montevideo, analizan la última década en la que el portal de noticias y entretenimiento de Televisión Litoral SA nació, creció y se lanzó al ruedo.

Digital-Digital versus Papel-Digital

Existen diferencias entre medios digitales nativos y versiones digitales de medios tradicionales y cada grupo transitó la última década de una manera diferente.

En ese punto centra su análisis Roberto Igarza, doctor en Comunicación Social, docente e investigador en nuevas formas de consumo cultural (UBA), quien en diálogo con Rosario3.com evalúa: "La carrera por las audiencias ha sido una competición desigual en términos de valor de marca y capacidad de posicionamiento de éstas en el imaginario colectivo de los segmentos destinatarios. El esfuerzo de los nativos (Rosario3.com es uno de ellos) consistió en mejorar esa posición con la mejor tasa de retorno y los logros se vinculan con el valor agregado de sus servicios como rasgo distintivo, ya sea la cobertura (el hiperlocalismo, el nicho, por ejemplo), la ubicuidad de sus contenidos o la primicia".

"Para los tradicionales –dice– potenciar la visibilidad de las firmas de mayor reputación y exacerbar el crossmedia (interacción con los usuarios), una fórmula facilitada para los que tienen capacidad de cobranding (unión de dos marcas para ofrecer un producto en conjunto), unos pocos”.

El especialista destaca “dos factores de cambio transversales. Del lado de los medios, la multimediatización, aun cuando se evidenció una inesperada resiliencia del texto frente al crecimiento indiscriminado de los contenidos audiovisuales, tanto en cuanto a género (informativo, ficción) como a dispositivo de recepción (fijo, móvil). Del lado de las audiencias, la firme intención de hacer valer su tiempo. Se acentuó la idea de que el vínculo es sustentable si está fundado en el respecto del valor del tiempo del usuario-lector. Una mayoría de la audiencia, según estudios recientes, no pasa más de 15 segundos promedio por página accedida. La ubicuidad de los contenidos adquiere poco a poco un estatuto más sofisticado en el que se inscriben unos pocos, más bien grandes”.

Al mismo tiempo, señala que “la disrupción mayor proviene del desapego de los contenidos de las mediatizaciones tradicionales, el visionamiento de la TV fuera de la TV, por ejemplo, en horarios y contextos distintos a los tradicionales. La lectura multisoporte, fragmentaria y transmedia (la transmediatización ocurre antes y espontáneamante en el imaginario de los usuarios) caracterizan el último período de una transición que llegó para quedarse”.

Para Sebastián Castro Rojas, doctor en Comunicación Social , docente e investigador de la UNR, “las características principales de la última década en los medios digitales son: la evolución de la instantaneidad: toda la información está al instante para ser compartida; la mayor horizontalidad en la producción: se han creado y puesto a disposición de los navegantes herramientas para la producción horizontal; la circulación de todo por todos: los medios y los usuarios de los medios se han convertido en productores de información; la voracidad del consumo y la interacción de los usuarios con los medios.

Colaborar y compartir: una nueva era en la cultura

“Cuando comenzó a masificarse internet, a comienzos de los 90, pocos imaginaron que esa nueva forma de comunicarse iba a tener efectos tan gigantescos. Hace más de 20 años fue el e-mail. Hace 15 ese papel lo jugaron los blogs: el que no tuviera su blog o no los leyera no estaba en la senda de lo nuevo. Hace una década entre Second Life y la masificación de las redes sociales se disputaron el privilegio de ser el modo de comunicación predominante en las pantallas. A partir de allí, surgieron mil: desde Pinterest a Tumblr, desde las tuitcam a los podcast, desde Periscope a Snapchat, todas han contribuido a trasformar nuestras vidas. Desde los modos de estar juntos hasta nuestro trabajo pasando por como nos informamos o divertimos. La cultura digital (la pantalla) se incorporó al paisaje mediático cotidiano, ocupando un lugar más o menos destacado según el contexto y las actividades que desarrollemos”, describe Edgardo Toledo, comunicador social e investigador en UNR sobre nuevos medios.

"Uno de los muchos cambios radicales que internet y la cultura digital están introduciendo es la desaparición del intermediario que a la vez incentiva la colaboración entre desconocidos".

“Este doble movimiento –explica– tiene ya un amplio desarrollo en muchas actividades. Casi todo lo que hoy hacemos en internet tiene que ver con esto: desde las redes sociales hasta comprar en Mercado Libre. Los nuevos medios en internet son completamente distintos a los surgidos antes de la cultura digital: son interactivos y permiten que realmente cualquiera pueda comenzar un proyecto, que lo puede poner en contacto con miles, e incluso con millones y en ese sentido los nuevos medios surgidos en Rosario están en plena sintonía con lo que está pasando en el resto del planeta”.

Para Daniela González de Medina, magister en Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, de la Universidad Tecnológica de Uruguay (UTEC), “el mayor cambio de la última década se dio en la forma y lugar que ocupa el espectador-usuario y el creador de contenido de comunicación. Las redes sociales más las aplicaciones de los smartphones (teléfonos inteligentes), transforman la comunicación en un lugar pluridireccional”.

“Antes –señala– los medios de comunicación creaban y difundían el contenido y los espectadores lo recibían en forma pasiva. Hoy todos somos creadores de contenido.

"Entiendo que es fundamental el rigor en la búsqueda de lo que se emite y un papel esencial de los medios es lograr un monitoreo símil al de un curador de contenido".

"En algunos casos hasta ser peligroso si simplemente nos enteramos de noticias por redes sociales, ya que las personas re postean incluso noticias viejas como si fueran recientes. Cuando se disparan estas desinformaciones pueden ser muy perjudiciales".

"En conclusión –afirma– vivimos un cambio constante, un estado beta constante con muchas fortalezas y debemos estar atentos a las nuevas debilidades que a su vez nos exponemos”, sostiene González de Medina.

Usuarios protagonistas: ¿éxito a medias?

Los investigadores analizan en profundidad el papel de los lectores y usuarios de los medios digitales y ponen en tela de juicio su real protagonismo.

Para Igarza, “la participación de los usuarios dejó de ser un mito, sin llegar a ser una verdad".

"Por un lado -explica- el desalineamiento de la estrategia de participación con el dispositivo, formato y género de los contenidos ha sido el factor del éxito a medias. Por otro, sólo bajo ciertas condiciones de contexto y determinados estímulos el público voyeur está dispuesto a cambiar de estatuto para incluirse entre los que hablan, intercambian mensajes y contenidos”.

Haber identificado esas condiciones y estímulos invita a repensar las disposiciones que deben adoptar los medios para lograr que sus lectores se expresen. Por el momento, sólo ha mejorado la forma de medir los clics y la forma de extraer valor de las opciones que toma el usuario. A golpe de clic cede privacidad, a más conocimiento más pertinencia del mensaje. La búsqueda de mayor pertinencia en los mensajes es esencial al devenir del medio cuyos recursos económicos están determinados por un juego de clicthrough (proporción de clics) como en los albores de internet, antes de finalizar el siglo pasado.

Seres anfibios

“Internet y la vida digital nos hizo seres anfibios: vivimos en el mundo de los átomos, pero mirando pantallas que nos colocan en el mundo virtual. Sin darnos cuenta, somos distintos de lo que éramos hace 20 años: somos los que ya no podemos leer de la misma forma como se hacía en el siglo XX. Esta experiencia anfibia, nos dio la posibilidad de “estar” en otros ambientes dentro de las pantallas y de hacer cosas que antes no podíamos, como por ejemplo, dar a conocer nuestras ideas, opiniones o percepciones a un montón de gente que hasta no conocemos, y esas personas pueden contestarnos/refutarnos”, afirma Toledo.

“Todas nuestras prácticas han cambiado. Ya no leemos, sino que ahora conectamos fragmentos. Estos fragmentos son digitales, porque lo digital se conecta. Y las redes sociales y las distintas aplicaciones de los Smartphones‎ son los lugares donde estamos produciendo esas conversaciones para la acción. Lo digital es uno de los lugares de esta nueva vida contemporánea. La producción de algo así como la comunicación/información o el sentido o el arte o el entretenimiento es impensable en la actualidad sin la intervención en las redes. Y eso –concluye– es un cambio significativo en nuestra forma de ser y estar en el mundo”.

“Creo que se debe mejorar la forma en que nos apropiamos de las herramientas de interacción de los medios", sugiere Castro Rojas, y agrega: "Las posibilidades comunicativas son excelentes para generar un ida y vuelta entre medio y usuario; sin embargo creo que todavía somos demasiado pasionales al momento de usar y comentar en las redes. Decimos, comentamos, generamos información, compartimos, distribuimos cada uno desde su lugar. Esto lleva a grandes choques y confusiones entre usuarios. La pasión por el equipo de fútbol o la pertenencia política no posibilitan el diálogo, sino que hacen surgir las emociones negativas para marcar la posición de forma muy agresiva. Impiden el diálogo".

"Se usa el intercambio digital para dar a conocer que el otro no sabe y no entiende la situación”.

“Los medios –describe el docente– experimentaron con las herramientas participativas de formas diferentes. Algunos cerraron los canales de comunicación y los comentarios por no poder controlar lo que se dice y se publica; sin embargo, creo que hay usuarios que se apropian de las redes de manera más intuitiva y sencilla. Los medios posibilitan contacto con sus «lectores modelos» mediante aplicaciones propias de celulares”.

Lo que viene ya está aquí

Los especialistas miran al futuro de la comunicación digital y comparten sus percepciones:

A la hora de avizorar las perspectivas de la comunicación digital en un futuro próximo, Igarza pone el énfasis en los modelos de negocios. “El sistema cultural-mediático está sobreproducido. El contenido se vuelve un commodity. Conceptualizar una nota periodística consiste en diseñar una comunidad de lectura y escritura, un microecosistema. Sin desplazar el contenido hacia el territorio de los servicios, será difícil optimizar la relación con los usuarios y extraer valor para monetarizar los contenidos”, sostiene.

“El desafío –añade– consiste en intersectar el contenido unívoco, canónico, legitimado, prescriptivo, vertical, con la conversación, la dialógica, lo horizontal. Un ojo en una pantalla mayor y otro en la más pequeña, uno en la épica, la narración de gran producción, y otro en la conversación, el intercambio sin diferimientos. Un ojo en el título y la imagen, el otro en la polémica, la controversia, la puesta en común. Ganará quien logre que el modelo de la T invertida, lo unívoco y editorializado intersectado con lo dialógico y compartido, se convierta en una operación naturalizada.