Rosario contará próximamente con controles de narcolemia a automovilistas, con el fin de detectar casos de consumo de droga al volante como ya sucede con el alcohol. Se implementarán pruebas piloto durante un tiempo en el que no habrá sanciones sino una campaña de concientización.

La iniciativa llega como respuesta a una ordenanza vigente, impulsada por el concejal Jorge Boasso, quien este jueves se reunió con la intendenta Mónica Fein y acordaron poner en marcha los operativos apenas se adquieran los dispositivos necesarios, a través de una licitación.

Los tests a los conductores serán “para ver si están afectados, en una primera etapa, por drogas ilícitas como cocaína y marihuana”, explicó Boasso en Radio 2, y aclaró que con esto “no se está persiguiendo la adicción, sino que se controla que si alguien está bajos los efectos de alguna droga no conduzca, porque esto altera los sentidos y pone en riesgo la vida de él y los demás”.

En el programa La primera de la tarde, el edil detalló que “la prueba piloto será por 60 ó 90 días en los que no se van a aplicar sanciones y se repartirá folletería educativa”.

Señaló que “en una segunda etapa se va a comenzar a castigar con rigor los casos positivos, con el mismo tratamiento para quienes conducen alcoholizados”, de acuerdo a lo que establece el código de faltas.

“Es un paso importante que da Rosario en materia de seguridad vial”, opinó el concejal radical, que destacó la “buena y larga reunión” que mantuvo tanto con Fein como con el secretario de Control y Convivencia Ciudadana de la Municipalidad, Gustavo Zignago, quien suele coordinar estos procedimientos en las calles.

Boasso, Fein y Zignago en el Palacio Municipal. (prensa Boasso)

“Lo que siempre critiqué era la falta de voluntad de política para avanzar. Creo que ahora eso sí está”, reconoció Boasso, y anunció que implementar los controles de narcolemia “llevará los tiempos que necesite la licitación”.

Dicho proceso se llevará a cabo para adquirir los aparatos que permiten detectar drogas psicoactivas en la saliva. Se trata de kits que consisten en una lengüeta que se apoya sobre la lengua del automovilista o motociclista, se absorbe la saliva y en unos minutos se obtiene el resultado.

En el caso de que los conductores que den positivo objeten el resultado, podrán concurrir inmediatamente a un efector de salud pública y realizar un examen sanguíneo, según indica la ordenanza 9195.

Además, el ciudadano sancionado debe recibir la atención necesaria y el municipio, aportar todas sus herramientas desde la Secretaría de Salud Pública para garantizarlo.

Los controles de detección de droga al volante se realizarán en forma simultánea con los de alcoholemia y para la segunda etapa, además de las sanciones pecuniarias se contempla sumar como infracción la ingesta de drogas lícitas que también impiden un normal desenvolvimiento en la conducción.

Boasso destacó, en este sentido, la experiencia del municipio bonaerense de Bahía Blanca, donde “de 100 controles realizadas, el 10 por ciento dio positivo”, según precisó.

Y adelantó que el lunes próximo habrá una nueva reunión con la intendenta pero en esa ocasión participarán profesionales del sector de Salud para darle un marco científico al proyecto.

Una foto poco común

En su diálogo con el periodista Sergio Roulier, Boasso se refirió a la poco habitual fotografía junto a Fein (ver galería). “No es poca cosa, no soy de los que se reúnen todos los días con la intendenta; pero con las cuestiones que deben ser de Estado sí, y ésta lo es, ya que tiende a preservar vidas. Me parece que fue una reunión positiva”, expresó.