Sin supersticiones.Trece años se cumplen una sola vez y, para festejar, Rosario Smowing eligió un sábado 13. El grupo promete un gran show gran, con invitados y baile, desde las 23 en Pugliese, Corrientes 1530.

“Tenemos mucha ansiedad. Va a ser un show especial”, confiesa Diego Casanova a Rosario3.com. “Somos ocho tipos que nos divertimos y queremos que los demás se diviertan con la música”.

El cantante avisa que el setlist incluye un repaso por los tres discos del grupo, más algunas canciones nuevas. Además de los estables, se suma al -a esta altura- evento una lista de músicos amigos.

A la hora de mirar hacia atrás, Casanova procura un balance de la banda hasta hoy: “Tengo muy en claro que fuimos consecuentes en hacer lo que teníamos ganas. Y encontramos un método de laburo”.

“Los bueno de este grupo es que no tuvo una meta, sino que la única premisa era hacer catarsis con las canciones”.

Ellos son Adrián Fluck, en trombón, tuba y coros, Diego Picech, en batería y percusión; Gabriel Coronel, en contrabajo, bajo y coros; Jesus Eroles, en clarinete, saxo y violín; Lucas Polichiso, en piano, acordeón y coros; Martín Tessa, en guitarra eléctrica y criolla y banjo; y Sergio Peresutti: trompeta y armónica.

Ese ritmo arrollador, que baja del escenario y se lleva puesto al más hostil bailarín, sumado a la mezcla contundente de géneros, hizo del sonido de Rosario Smowing una marca registrada.

La misma actitud relajada y lúdica que marcó el origen se mantiene, por ejemplo, a la hora de responder sobre las exigencias de un mercado que pide placas para legitimar un recorrido.

“Material hay para grabar pero, no sé. Creo que eso de grabar un disco, como formato, es obsoleto. Creo que hoy la música la tenés en la compu. El que compra un disco es casi un coleccionista”, apunta el también trompetista.

Hasta la fecha, la banda lanzó Volumen 1 (2003), Si siempre estoy llegando (2007) Se mueve (2011).

"Nuestra música es personal. Nos gusta ponerle bailabilidad a los temas, más allá de la velocidad. Que las canciones sean cadenciosas”, completa Casanova, en una suerte de invitación a  la fiesta que bate cualquier resistencia.