Pedro Robledo

Steve Hackett (guitarrista de Génesis), inventó el tapping, una original forma técnica de tocar la guitarra que solo los virtuosos pueden desarrollar y cultivar. En dicha técnica, las notas se hacen sonar presionando con los dedos el mástil de la guitarra, similar al toque en el piano.

Brian May fue uno de los primeros en utilizarla, Eddie Van Halen la popularizó, pero Stanley Jordan es el único que utiliza esta técnica en forma exclusiva en todos sus conciertos.

Más de trecientos espectadores, en su gran mayoría guitarristas de la ciudad, celebraron la visita del músico que venía precedido de elogiosas críticas y alto reconocimiento mundial.

En un correcto español, saludó con rigor protocolar: "Estoy contento de estar aquí, gracias por escuchar".

Su talento y originalidad, le dieron sostén y autoridad para visitar obras referidas al jazz, blues, rock y abordar músicas del ámbito académico.

De notable creatividad, asumiendo riesgos, los climas sonoros y sus búsquedas crearon una estética de alto vuelo, tanto en el repertorio clásico como en el popular.

En "La casa del sol naciente", un clásico del rock and roll de los años 60 creado por Los Speakers, Stanley Jordan demostró las posibilidades de su instrumento y que aún quedan sonidos por explorar. Lo mismo sucedió al visitar obras de Gershwin y Led Zeppelin.

Con fino virtuosismo, deslumbró en la interpretación de la Sinfonía 22 de Mozart, con una mano en el piano y otra en la guitarra, logrando un paisaje sonoro lleno de matices.

Los múltiples recursos que aplicó dejaban la sensación de estar escuchando un trío de guitarras. Es que en su ejecución, con su única guitarra cumple con los requerimientos de melodías, bajos y acordes.

No dejó pasar la ocasión para mencionar sus referencias e influencias, rescatando la figura de Béla Bartók, ineludible pianista y compositor húngaro que marcó parte de su camino.

Stanley Jordan cerró su presentación con "Eleanor Rigby" (Lennon-Mc Cartney), en una versión extendida donde queda claro que sus recursos son de elaboración propia.

Rápidamente volvió al escenario, sin hacerse esperar, para un tema más.

Luego de finalizado el concierto, se dirigió al hall a prestarse generosamente para las fotos y los autógrafos completando una noche que será difícil olvidar por la originalidad y el talento ofrecido.