Hace unos años, se observó que las personas que padecen alzheimer cuentan con menos probabilidades de tener cáncer y viceversa. Un reciente estudio explica que quienes viven con la forma de artritis más dolorosa, la gota, tienen menos incidencia de alzheimer.

Como explican en Eroski/Consumer, la ciencia ha descubierto que, efectivamente, sufrir una enfermedad a veces puede servir de protección frente a otra.

La gota es una enfermedad reumática que se da cuando el exceso de ácido úrico en la sangre (hiperuricemia) se deposita, en forma de cristales de sales de urato, en las articulaciones, tejidos circundantes y riñones. El ataque de gota implica inflamación, intenso dolor y aumento de calor de una articulación, sobre todo dedo del pie, tobillo, empeine o rodilla. Un estudio realizado por un equipo de investigadores del Hospital General de Massachusetts y del Centro Médico Universitario de Boston (Estados Unidos), ha descubierto que el ácido úrico, que tantos estragos provoca en los afectados de gota, actúa como neuroprotector y disminuye el riesgo de padecer el Mal de Alzheimer.

Según los autores del trabajo, publicado en British Medical Journal, el efecto protector de la gota posiblemente sea debido al ácido úrico. Los resultados muestran que las personas con antecedentes de gota tenían un 24% menos de riesgo de sufrir alzheimer (después de tener en cuenta otras variables, como edad, sexo, índice de masa corporal, nivel socioeconómico, hábitos de vida, condición cardíaca y tratamientos asociados).

Hace unos años, un estudio publicado en la revista Neurology describía la baja probabilidad que hay de desarrollar de manera simultánea alzheimer y cáncer. Los investigadores concluían que las personas con Mal de Alzheimer tenían un 42% menos de riesgo de desarrollar cáncer y viceversa: quienes sufrían cáncer tenían un 35% menos de posibilidades de padecer también este tipo de demencia. Así los autores concluían que podrían considerarse como entidades opuestas, una relacionada con la proliferación celular indiscriminada y la otra, con la muerte celular.

Más tarde, científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) publicaron en PLOS Genetics la explicación del mecanismo del papel protector del cáncer frente a las enfermedades neurodegenerativas y viceversa: como personas afectadas por el alzheimer, parkinson e, incluso, esquizofrenia desarrollan menos cáncer. Después de confrontar los datos de casi 1.700 personas de 30 estudios sobre enfermedades del sistema nervioso central y los de trabajos sobre cáncer de colon, pulmón y próstata, encontraron que había un centenar de genes (como PIN1, Wnt y P53) que intervenían en esta asociación excluyente entre tumores y enfermedades neurodegenerativas y su efecto protector cruzado. 

Fuente: 20minutos.es