Las cinco situaciones en las que se podrá optar por abandonar el tratamiento son los casos terminales, comas irreversibles, estados vegetativos persistentes, demencia avanzada y otras afecciones catalogadas como “incurables”, enumeró la agencia EFE.

La ley estipula que el paciente, de antemano o después de consultar con los médicos, puede rechazar los cuidados cuando enfrente una de las cinco condiciones mencionadas.

Dos médicos especializados en ámbitos relacionados con la enfermedad del paciente y el equipo de cuidados paliativos deben confirmar la condición de la persona, antes de ejecutar los deseos del paciente, según la normativa.

"No se pretende animar a la eutanasia o al suicidio asistido, sino darle al paciente la capacidad para poner fin a sus vidas de modo natural y no ser obligado a sobrevivir con dispositivos de soporte vital", dijo el legislador Tian Jiu-qin en declaraciones a la prensa isleña.