Lejos del polen que les produce alergias, muchas personas siguen estornudando si parar o experimentando signos de irritación en su piel, ojos y vías respiratorias. Para aquellos que viven cerca de una vía altamente transitada, la razón de esa persistencia alérgica podría estar en las corrientes caóticas de aire que generan los carros.

Un estudio, en el Journal of Applied Ecology, es el primero en vincular la propagación sustancias alérgicas asociadas a platas y los patrones de tráfico. Habitualmente el rango de las semillas que provocan alergia a algunas personas no se extiende más allá de un metro de las plantas progenitoras, según elespectador.

Para demostrar como los vehículos pueden alterar este patrón, los investigadores colocaron semillas con un color fluorescente para medir la distancia que podían alcanzar en vías con alto tráfico.

Al evaluar su nueva distribución 48 horas más tarde demostraron que las semillas se habían asentado en nuevos lugares. “Las corrientes de aire del tráfico pesado impulsaron a algunas semillas a decenas de metros de distancia, con los más distantes viajando a 71 metros”.

El trabajo no terminó ahí. Durante dos años siguientes, monitorearon el crecimiento de las plantas de ambrosía para determinar que habían crecido en la misma dirección del tráfico. 

Los resultados sugieren que los administradores de sistemas de salud y médicos podrían trabajar más de cerca con autoridades de tránsito durante las temporadas de alergias.