Para los niños, la escuela es el primer espacio de socialización por fuera de la familia, lo que reviste un papel fundamental para su crecimiento y desarrollo. Sin embargo, en el último tiempo se ha planteado un debate que involucra a educadores, padres y formadores de opinión, sobre cómo utilizan los niños y adolescentes su tiempo libre, qué actividades realizan, qué rol cumple la escuela como herramienta de desarrollo.

La mayoría de los niños y adolescentes transcurren un tiempo parcial en la escuela y el otro restante en sus hogares, donde, en muchos casos, hay poca motivación para generar un clima educativo y escasas oportunidades de formación. A esto se suma una tendencia creciente a que los chicos transcurran parte significativa de las horas del día dentro del hogar como consecuencia del consumo de tecnologías, la percepción de inseguridad en las grandes ciudades y el empobrecimiento de muchos espacios públicos que no se encuentran aptos para el juego recreativo, el ejercicio del deporte y la actividad física en la infancia.

Las razones que orientan la importancia de la expansión de la doble jornada se vinculan con las oportunidades que suponen para la infancia y la adolescencia permanecer más tiempo en un espacio donde además de socializar y compartir con un grupo de pares, puedan participar de talleres y actividades artísticas, científicas, deportivas, recreativas y otras relevantes para su desarrollo humano y social.

El espacio educativo, a través de la implementación de la jornada extendida, podría cumplir un rol importante en garantizar el derecho de los chicos/as al juego recreativo, al deporte, al desarrollo de actividades artísticas, entre otras. Continuar avanzando sobre la inclusión educativa en los niños y adolescentes es prioritario, y ampliar la jornada escolar con propuestas pedagógicas innovadoras, de calidad y que consideren las particularidades regionales y locales, es un recurso estratégico para enriquecer los procesos de socialización.

Fuente: www.sobretiza.com.ar