A mejor salud cardiovascular, menos riesgo de la depresión. Esa puede ser una de las consecuencias beneficiosas de seguir una dieta saludable, dieta mediterránea o no, basada en frutas, verduras, legumbres y frutos secos y baja en carnes procesadas. Lo confirma ahora un estudio que ha coordinado Almudena Sánchez-Villegas, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que se publica en «BMC Medicine». Este análisis de 15.093 personas sugiere que la depresión podría estar relacionada con el déficit de nutrientes.

Tras una extensa investigación sobre la dieta y su efecto sobre la salud física, los científicos están explorando la relación entre la nutrición y la salud mental. Los autores de este trabajo analizaron en conjunto varios patrones dietéticos saludables y su asociación con el riesgo de depresión.

En concreto, compararon tres dietas: la dieta mediterránea, el patrón dietético pro-vegetariano y 'Alternative Healthy Eating Index-2010'. Los participantes utilizaron un sistema de puntuación para medir su adherencia a la dieta seleccionada, es decir, mayor puntuación en la dieta indica que el participante estaba llevando una alimentación más saludable.

Salud mental

Los alimentos como la carne y los dulces (fuentes de grasas animales: ácidos grasos saturados y trans) se calificaron negativamente, mientras que las nueces, las frutas y las verduras (fuentes de ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales, respectivamente) se puntuaron positivamente.

Sánchez-Villegas explica a ABC que querían entender el papel de la nutrición en la salud mental, ya que creemos que ciertos patrones dietéticos podrían proteger nuestras mentes. «Estas dietas están todas asociadas con beneficios para la salud física y ahora nos encontramos con que podrían tener un efecto positivo en nuestra salud mental».

Señala la investigadora el papel protector de la dieta mediterránea se atribuye a sus propiedades nutricionales, donde frutos secos, legumbres, frutas y verduras (fuentes de ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales) podrían reducir el riesgo de depresión.

El estudio forma parte del Proyecto SUN (Seguimiento Universidad de Navarra), un estudio de cohorte que comenzó el 21 de diciembre de 1999. La cohorte se ha utilizado para identificar los factores determinantes de la dieta y el estilo de vida de diversos trastornos, como la diabetes, la obesidad y la depresión.

Los cuestionarios para evaluar la ingesta alimentaria se completaron al comienzo del proyecto y otra vez después de 10 años. Un total de 1.550 participantes informaron de un diagnóstico clínico de depresión o de haber tomado fármacos antidepresivos después de una media de seguimiento de 8,5 años.

Alimentación sana

La 'Alternative Healthy Eating Index-2010' se asoció con la mayor reducción del riesgo de depresión, pero la mayor parte del efecto podría explicarse por su similitud con la dieta mediterránea. Por lo tanto, los nutrientes y alimentos comunes como ácidos grasos omega-3, verduras, frutas, legumbres, frutos secos y el consumo moderado de alcohol presentes en ambos patrones podría ser responsable de la reducción del riesgo observado en la depresión asociada con una buena adherencia a la 'Alternative Healthy Eating Index-2010'.

Una limitación de este estudio es que los resultados se basan en la dieta que dijeron seguir los participantes y su auto-diagnóstico de depresión. La investigadora cree que se necesita más investigación para predecir el papel de la ingesta de nutrientes para los requisitos neurofisiológicos e identificar si se trata de minerales y vitaminas o proteínas e hidratos de carbono que causan depresión.