Gustavo Rapp, guardavidas de la Rambla Catalunya con más de 28 años de profesión, detalló algunos de los problemas que, por negligencias de los ciudadanos, padecen año a año.

El diálogo con el periodista Daniel De Paola (Todavía no es tarde, Radio 2), Rapp aseguró que el gran inconveniente es el “consumo de alcohol que desinhibe” a las personas y las hace hacer cosas sin pensar. Y explicó que en la actualidad la convivencia en el río es difícil ya que “se perdió el respeto por el que se tiene al lado y los que más sufren son el kayakista y el nadador”.

En cuanto a ser guardavidas en una pileta de natación, en el río o el mar, Rapp dijo: “Mucho depende de los lugares donde trabajás, por ejemplo en un club, en donde la gente está educada, tienen un reglamento y están bajo una organización social, es diferente. Pero en la playa adonde la gente viene más desinhibida, es más riesgoso”.

“En el río el boyado no está por un criterio histérico o caprichoso de los guardavidas que queremos tenerlo marcado a esa profundidad. Cuanto más profundo más peligroso. En el río, en un descuido la persona puede ahogarse también por sufrir un desmayo o un mareo entre otras cosas. Si en ese segundo perdés la noción de la gente que tenés en el agua, la cosa se complica. Algunos creen que estamos todo el día tomando mate y no les gusta cuando lo reprendemos porque pasaron las boyas”. “No obstante del 100% de la gente que viene, un 80% cumple las normas”, continuó.

Rapp manifestó que en el mar es la gente misma la que se pone un freno. Y destacó que “la mayoría no pasa de la profundidad de la cintura en cambio en el río todos llegan hasta la boya y hay que estar más atentos. La atención es más concentrada en el río, en lo. puntos más peligrosos” y agregó “la experiencia te permite saber unos segundos antes cuando una persona en el agua está por meterse en problemas, entonces lo vas fijando con la vista y tenés la oportunidad de intervenir antes que algo suceda”.

Con respecto a las negligencias de los bañistas, y que en muchos casos terminan hasta con la muerte, por no prestar a atención a los carteles Rapp aseguró: “Es común qu. la gente se meta en lugares donde está prohibido, y mucho está asociado con el consumo de alcohol o droga. Van a esos lugares donde no hay un control para consumir libremente. Cuando hace más calor, esas zonas son más concurridas. Si bien allí hay controles de la GUM y la policía, a veces se meten igual”.

Destacó que en la actualidad las personas ya no tienen respeto por la convivencia en el río entre nadadores, kayakistas y embarcaciones. Fue muy claro a lo hora de definir el panorama: “ Hay mucha gente idónea y gente que no tiene ni idea de cómo desenvolverse. Porque tiene poder adquisitivo mayor, se compran una lancha y se manejan sin respeto por el que tienen al lado. Los que más sufren siempre son el kayakista y el nadador”.

Finalmente, recomendó a los bañistas tomar los días de playa con tranquilidad, seguir las normas establecidas, ir a zonas habilitadas con guardavidas (están de 8 a 20 todos los días), no beber ni consumir sustancias ni ir más allá de los espacios boyados y ante cualquier duda o desconocimiento consultarlos.