Un hombre le sacó fotos a una pasajera en el tren, lo escracharon y cuando intervino la policía para hacerlo bajar de la formación fingió un infarto. "Es un chiste para mi mujer", comentó.

Después de que pasajeras y pasajeros lo increparan por haber tomado las fotografías, el hombre dijo que "sólo había tomado tres" y se negó a borrarlas. En un momento quiso justificar su acto al manifestar que la fotografiada estaba "en bolas". Todos los presentes le gritaron y le explicaron que no tiene que importarle qué lleva puesto otra persona.

Cuando un policía lo quiso hacer bajar del tren, alegó que no tenía que hacerlo y luego simuló haber sufrido un infarto. Como nadie le creyó, se paró y descendió de la formación.