Los comensales que este miércoles por la noche estaban disfrutando de la cena en el restaurante Capri, ubicado en San Luis y Rodríguez, se llevaron el susto de sus vidas. Cuatro delincuentes ingresaron al lugar armados y se llevaron el dinero de la caja y las pertenencias de los clientes. Todo a la luz de los amplios ventanales que tiene el local. El dato más cruento es que les apuntaron a tres chiquitos con sus armas.

Ocurrió alrededor de las 9 y media de la noche. Este clásico restaurante del macrocentro rosarino trabaja a puertas cerradas por seguridad, pero, según el testimonio de una empleada a De 12 a 14 (El Tres), los ladrones aprovecharon que una mujer salió a fumar a la vereda para meterse en el local.

Los cuatro hombres fuertemente armados amenazaron a los empleados y a los 22 comensales que estaban en el lugar. Los presentes describieron que la escena más tremenda fue cuando los delincuentes les apuntaron a un bebé y a dos niños que cenaban junto a sus padres.

También es llamativo que los ladrones se hayan animado a cometer semejante delito cuando a través de los amplios ventanales del negocio se puede observar todo desde el exterior.

Los delincuentes huyeron con el dinero de la recaudación del día y con pertenencias de los desafortunados y atemorizados clientes.

El violento hecho vuelve a causar preocupación entre los dueños de locales gastronómicos de la ciudad.