Este martes, el presidente Mauricio Macri confirmó que a fin de año el Estado nacional dejará de aportar recursos al programa Fútbol para Todos que comenzó en agosto de 2009. 

La reunión entre el primer mandatario, el titular de ese programa, Fernando Marín, y el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis, se realizó en el despacho de la Casa Rosada.

Semanas atrás, De Andreis había explicado que este año el Estado aportaría al Fútbol para Todos los 1.850 millones de pesos prometidos en el contrato de 2016, firmado a principios de año.

Pese a los tironeos con los dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el gobierno no accedió a incrementar esa suma y, ahora, se dispone a no poner un peso más el año próximo. Mientras, los equipos de Primera División analizan hacer un paro por la falta de recursos.

El secretario general de la Presidencia había advertido que "es muy fácil salir a reclamarle al Estado que sea una suerte de ambulancia del despilfarro de la AFA".

"El problema y la solución están en AFA. En vez de gastar disparates, en el mejor de los casos, porque hay serios indicios de corrupción, deberían devolver el dinero para que se transparente todo. Si los clubes dejan de financiarse a través de la deuda con AFA todo se solucionaría en un 80 por ciento", aseveró.

El funcionario había advertido además que "con el nivel de despilfarro, la corrupción, la poca profesionalización en la administración de los recursos y los disparates que se han pagado en algunos casos, no hay bolsillo que aguante".

Cómo era antes del Fútbol para Todos

Entre 1992 y 2009, la empresa Televisión Satelital Codificada (TSC) –integrada por el Grupo Clarín y Torneos y Competencias– era la titular de los derechos de transmisión televisiva de los torneos de Primera División de la AFA.

La mayoría de los partidos eran transmitidos por la señal de cable TyC Sports y, los partidos más importantes, bajo el sistema de televisión codificada pay-per-view (pagar para ver), a través de la señal TyC Max.

En consecuencia, quien no se encontraba suscripto a la televisión codificada paga no podía ver los partidos en su casa, y la concurrencia a los bares que sí contaban con esa señal era la alternativa más frecuente usada por los amantes del fútbol.

Asimismo, las imágenes grabadas de los encuentros no podían ser retransmitidas por otras señales hasta la emisión del programa Fútbol de Primera los domingos a la noche.