En medio del avance de enfermedades como el zika, el dengue y la chikungunya, el ministro de Salud de la Nación, Jorge Lemus, afirmó este domingo que "aunque se está trabajando fuertemente en la fumigación" del mosquito Aedes Aegypti, transmisor de estos virus, los insectos “ya son resistentes a los químicos”, por lo que resulta necesario replantear cómo combatirlos. En paralelo, avanzan las investigaciones hacia una vacuna.

"Se está trabajando fuertemente en fumigación, pero los mosquitos ya son resistentes a los químicos, por lo que habría que cambiar las sustancias. No hay que olvidar además que la fumigación es un método complementario que sólo ataca al mosquito adulto, pero no mata a los huevos ni a las larvas", señaló Lemus.

En cuanto a la situación del dengue a nivel nacional, el ministro apuntó que es "preocupante" en el norte del país, donde "hay dos brotes epidémicos en Formosa y Misiones con alrededor de 2.000 denuncias de casos en cada lugar".

"Hay muchos casos asintomáticos que no se contabilizan pero están, por lo que la situación podría ser un poco peor. Por eso estamos extremando las medidas de prevención y recomendamos a la gente descacharrizar, usar repelentes y sacar botellas, cubiertas y todo elemento que pueda juntar agua y funcionar como criadero", alertó en una entrevista con Radio 10.

Lemus afirmó que si bien la fumigación es importante, la actividad que cada uno haga en sus casas es "importantísima e insustituible".

En cuanto a la situación del zika el funcionario señaló que por el momento "sólo hay cinco casos importados confirmados", pero que "ya hay más de dos millones de casos en Brasil y 600.000 en Colombia", los dos países más afectados por la epidemia.

"El virus ya circula en 26 países, por lo que en la última reunión de ministros de Salud del Mercosur y la Celac, que se realizó el miércoles pasado en Montevideo, Uruguay, acordamos darle prioridad al tema y encararlo con una visión integrada y regional", comentó.

Aseguró además que se está trabajando para tener disponible a la brevedad un test rápido trivalente que detectaría las tres enfermedades, así como una vacuna contra el zika, en la que ya está trabajando Brasil con una universidad de Estados Unidos.

"Si tenemos en cuenta que sólo uno de cada cuatro casos de zika presenta síntomas, pensar en una vacuna cambiaría el panorama", aseguró.

“La prioridad es controlar al mosquito”

Durante la última semana, el Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia sanitaria global por el brote de infectados con virus zika. Juan Claus, investigador del Laboratorio de Virología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL, destacó la necesidad de controlar al mosquito que transmite las citadas enfermedades y otras como la fiebre amarilla.

Claus manifestó que ya hay investigadores ocupados en el diseño de una vacuna contra el zika, un objetivo tecnológico factible en no mucho tiempo. A la vez, mencionó que en el caso del dengue ya existe una en etapa de prueba en Brasil y México, mientras que para la fiebre amarilla, otro de los virus relacionados con los dos primeros, desde hace varios años existe otra muy eficaz, recomendada a quienes viajan a zonas endémicas.

Sin embargo, mientras se esperan esas soluciones, resaltó la importancia de la lucha contra el vector de las tres enfermedades, lo cual significa una complicación desde el punto de vista epidemiológico, pero también una simplificación del problema a abordar: “Controlando al mismo mosquito, uno puede controlar la transmisión. En este momento, hay que enfocar la atención en este aspecto”, sostuvo.

Por otra parte, según recordó, el dengue puede producir una serie de cuadros clínicos que van desde lo asintomático, es decir, una infección en una persona que no tiene síntomas, lo que ocurre en cerca del 50 por ciento de los casos de infectados por primera vez.

“Hay un dengue clásico, con un cuadro clínico bastante leve: fiebre, dolores musculares o articulares e incluso puede haber algún tipo de erupción. También está la forma grave de dengue, que afecta a un porcentaje mucho más bajo de individuos y que se presenta generalmente en aquellas personas que se infectan por segunda vez con el virus y con un serotipo viral diferente al que los infectó la primera vez. Por ejemplo, si uno se infectó con un virus dengue del Tipo 1 y luego con uno de Tipo 2, 3 o 4, aumenta significativamente la probabilidad de enfermarse con un dengue hemorrágico”, describió Claus.

Al mismo tiempo, expresó que, en principio, el virus sólo se transmite por el mosquito, aunque hay reportes muy aislados de transmisión de madre a hijo: “El combate contra el dengue tiene que focalizarse en la lucha contra el vector. En nuestra zona, contra el Aedes aegypti, pero en otras regiones hay otros mosquitos, como el Aedes albopictus”, diferenció.

En cuanto al zika, el especialista agregó que se conoce hace unos 70 años y fue identificado por primera vez en África en monos Rhesus. Se trata de un virus que pertenece al mismo grupo del dengue y de la fiebre amarilla: es un flavivirus patógeno.

“En la década del 50 se lo aisló en seres humanos. Es un virus que pasó prácticamente inadvertido hasta el 2007, cuando se detectó un brote en islas del Pacífico sur. Unos años más tarde se consolidó en una epidemia más importante en la Polinesia francesa y se cree que, pasando por las Islas de Pascua, llega a América, donde comienzan a aparecer casos aislados. Finalmente, a principios de este año se detecta un brote muy importante, con una gran cantidad de casos en el estado de Bahía, en Brasil, y luego en otros estados, con cuadros leves y muy parecidos a los que produce el dengue”, resumió Claus.