Nora regresa al pueblo para asistir al funeral de su ex marido, músico, como ella. El hombre acaba de fallecer de un infarto de miocardio.

A modo de monólogo interior, ella irá revelando una historia. La que cree propia. La que teje su memoria para reflexionar y entender, entre otras cosas, la muerte.

El relato se desarrolla entre las horas de van del velorio al entierro.

Hasta aquí, una sucinta presentación para la versión teatral de El rastro, la novela de Margo Glantz, que la actriz Analía Couceyro –en el papel de Nora– y el director Alejandro Tantanian pergeñaron para un escenario en un desarrollo del que participa el cellista Rafael Delgado, además autor de la música.

La segunda función de la obra se presenta este domingo a las 21, en el teatro De La Manzana, San Juan 1950.

El rastro

Narrada en primera persona –a modo de monólogo interior–, El rastro se revela en los parlamentos de Nora y, también, en los contrapuntos que establecen el cuerpo de Analía Couceyro y la materialidad de la música y figura de Rafael Delgado.

“Ella es una extraña que, a la vez, conoce ese lugar. Y esa distancia que tiene ante los hechos es la que le permite reflexionar, con bastante humor sobre, la muerte y entender de qué se trata ese fenómeno”, desandó Alejandro Tantanian, en diálogo con Rosario3.com, sobre la obra que lo trae por primera vez a la ciudad.

Si bien en el escenario aparecen referencias musicales (Nota: en la novela, Nora es una cellista y el difunto Juan, pianista), a la hora de la adaptación, tanto la actriz como el realizador decidieron correr de la centralidad ese aspecto.

Tal como lo explicó Tantanian, las citas sonoras se mantuvieron “en la presencia física material” del instrumentista (Delgado). 

“Sí dejamos ese entramado de reflexiones, de lecturas y de opiniones de Nora, en esas horas”, apuntó quien formó parte del colectivo de autores Caraja-jí.

En la trama, la complejidad que supone la situación que transita la protagonista encuentra calma en el ascetismo de la puesta en escena.

“Creo que cuando uno despeja de oropeles y de situaciones accesorias el nudo, queda mucho más en evidencia”, aseveró el director.

Analía Couceyro
Analía  Couceyro

El rastro se estrenó en Buenos Aires, en febrero de 2014. Actriz, director y músico la presentaron en lugares tan diversos como distantes: desde una plaza hasta un galpón, y de la Fiesta Nacional del Teatro al Festival Fringe de Madrid

Una “labilidad” que tiene su correlato en Rosario: la obra cumple con dos funciones en distintos escenarios cada noche.

“No sólo el espectáculo tiene esa flexibilidad, sino que también la tienen los intérpretes. Analía es una actriz muy prodigiosa en poder entender cuáles son las dinámicas de comunicación como para que su expresión llegue a poco, medio o mucho público”, destacó Tantanian.

Al ser consultado sobre cuál había sido la mirada de la escritora Margo Glantz ante la obra ya adaptada, el director fue concreto: “Cuando terminamos de hacer la función me dijo «qué buen texto». Eso fue genial, porque ella tuvo una distancia con su texto y escuchó que todo funcionaba”.

A la hora de abordar los diferentes formatos de producción teatral –el director brindó una charla al respecto este sábado, invitado por el grupo Enjambre P–, Tantanian aseguró que “hay mucho compartimento estanco en las artes escénicas. Eso de que quien hace una cosa no debería hacer la otra”.

Y cerró:“Tengo el deseo de la versatilidad y trato de ejercerlo todo el tiempo”.

Su recorrido avala la convicción..

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Entrevista con Alejandro Tantanian