La selección argentina de fútbol masculino dio un salto de calidad que la ubicó en un sitial de privilegio que ahora deberá sostener. Fue un golpe de autoridad el que dio en la “Finalissima” frente a Italia que llevó al mundo futbolero a ubicarlo directamente entre los candidatos a ganar el Mundial de Qatar. ¿Es Argentina uno de los candidatos a ganar la Copa del Mundo?

“Puedo decir que estábamos un poco cansados, pero Argentina hizo un gran partido y, además, está llena de grandes jugadores, mereció el triunfo en la Finalissima y creo que puede ganar el Mundial”, dijo el martes Roberto Mancini, el entrenador italiano, tras la victoria frente a Hungría por la Liga de las Naciones de la Uefa.

Ganar la Copa América en el Maracaná retempló el ánimo y el juego de la selección, pero el triunfo en Wembley la situó en un espacio de protagonismo que Scaloni y compañía tendrán la misión de sostener hasta noviembre, cuando la cita ecuménica tenga su pitazo inicial.

Por supuesto que Argentina es candidata a ganar su grupo frente a Arabia Saudita, México y Polonia, pero de ahí a estar entre el puñado de candidatos a ganar el título hay mucha distancia. Por eso, se insiste, el triunfo frente a Italia representó un cambio de status con el que el seleccionado deberá convivir.

Claudio Borghi, campeón del mundo en 1986 con la selección de Bilardo, hizo una síntesis del lugar que ahora ocupa Argentina y de la influencia de Messi.

“Todo cambia cuando se es campeón, a pesar de que la historia y la realidad son un poco injustas, fundamentalmente con Messi, porque da la sensación de que si no gana algo no es el mejor del mundo. Y para mí lo es, más allá de lo que gane o no gane. A los cuatro minutos tocó la primera pelota e hizo desastres. Marca una diferencia monstruosa con respecto a los rivales, pero un título da confianza, porque ya tenés en la valija algo que sirve para tener un poco más de espalda y de resultados que no sólo acompañan al jugador sino también a la gente, que está entusiasmada con lo que ve. Quedó demostrado con la cantidad de argentinos que hubo en Wembley”, dijo el Bichi, que tiene, como la mayoría, la sensación de que el Mundial debiera ser ahora porque la selección parece en su punto justo, aunque también le encuentra beneficios a los meses que restan para la competencia.

Vencer a Italia en la Finalissima le modificó el status. La situó a la par de Brasil y Francia en el lote de los grandes candidatos

“El Mundial debería empezar mañana a la mañana, pero esta circunstancia que tiene que ver con el clima del lugar donde se va a jugar hace que falte bastante. Sacando cuentas, los jugadores van a tener un descanso y, en su mayoría, una gran pretemporada porque todo arranca de cero. Y después hay cuatro meses hasta el Mundial con pocos partidos. Eso te da la oportunidad de llegar preparado y no tan cansado como en otras ocasiones”, analizó el genial volante creativo surgido en las inferiores de Argentinos Juniors.

Es cierto que Argentina está en el momento ideal y que para el Mundial falta bastante, lo que puede alterar el panorama actual.

En septiembre habrá una ventana Fifa en la que la selección deberá cumplir con el partido pendiente frente a Brasil por las eliminatorias y probablemente después juegue con Israel.

Enfrentar a Brasil a 2 meses de la competencia máxima no parece una buena opción, será un choque con muchos cuidados, pero un clásico al fin. Una prueba en la que ambos jugarán con fuego salvo que exista un acuerdo tácito de no agresión futbolera, lo que parece poco probable.

“Argentina es un candidato serio a ganar el Mundial, lo está demostrando. Juegue mal o bien siempre está entre los 5 que son potencia”, declaró hace unos días Sergio Batista, otro campeón del mundo en México 86.

Desde el rincón de las cábalas, llegar a Qatar como candidato no parece ser lo más recomendable. Las dos veces que Argentina fue campeón del mundo tuvo una previa cercana al despropósito futbolístico. De hecho, a México llegó casi de casualidad, con el último aliento.

Partió como candidato en España 82 y quedó eliminado en segunda ronda, perdió la final de Italia 90, tuvo el episodio de Diego en Estados Unidos 94 (ese equipo era imparable) y fue como favorito casi excluyente a Corea-Japón 2002 y se quedó afuera en la primera ronda. A Brasil 2014 también llegó como uno de los candidatos y a pesar del fixture ultra accesible que tuvo hasta semifinales, cayó en el partido decisivo frente a Alemania.

Como reflexiona Checho, Argentina siempre está entre los candidatos. Sobre todo, se agrega, por las calidades individuales. Con Diego antes y con Lionel ahora, no puede estar afuera del top five aunque se trate de un juego colectivo. No obstante, el último Mundial fue una prueba de todo lo contrario.

“Hacer ese gol me cambió la vida. Es otra. Tanto sufrimiento que pasé, que pasó mi familia, mi mujer, mis hijas, de verme llorar y sufrir. Ahora es un cambio brutal. Llegar a Argentina y a Rosario y ver a tanta gente que te dice gracias sólo por hacer un gol, por haber dado una alegría después de tanto sufrimiento, por todo lo del Covid, por mucha gente a la que se les fue un familiar. Es inolvidable. Veo fotos y videos, cosas que pasamos con los chicos, sigo pensando que es un sueño que se hizo realidad”.

Ganarle a Brasil la final de la Copa América en el Maracaná le cambió la vida a Angelito Di María y a la selección.

Y vencer a Italia en la Finalissima le modificó el status. La situó a la par de Brasil y Francia en el lote de los grandes candidatos.

Ahora a Scaloni y sus muchachos les queda por delante un desafío que no es nuevo, pero tampoco sencillo: seguir superando objetivos.

¿Será esta vez?