Durante las últimas semanas hubo muchos rumores sobre la relación de la exvedette Fernanda Vives, nueva panelista de LAM, y el exjugador de Newell’s Sebastián Cobelli. Ella admitió que estaban en crisis y el último jueves confesó en el programa que están separados. “Vi algo que no me gustó”, respondió al estilo Lole Reutemann cuando le consultaron por los motivos de la ruptura.

El exdelantero rosarino, que vistió la camiseta leprosa entre 1996 y el 2000, y Vives se casaron en 2010 y, tras 11 años juntos y dos hijos en común, en este momento se encuentran separados como pareja. “Estamos conviviendo en el mismo lugar, él va y viene a Rosario y está en casa, pero la separación de hecho todavía no pasó”, indicó al aire.

En cuanto a cuáles fueron los motivos de la ruptura, explicó que la rutina los afectó mucho: “El desgaste fue un todo, 12 años estar juntos, los nenes, la pandemia... Empezamos a ser más amigos, socios, compañeros, que otra cosa”.

Cobelli en su época de jugador de Newell's.

No obstante, en medio de su relato resaltó un detalle no menor que fue el que la hizo ver las cosas de una manera distinta: “Yo me alejé cuando decidí hacer un viaje con amigas, y vi algo que no me gustó”.

Los rumores de separación comenzaron en febrero, cuando dejaron de compartir fotos juntos en redes sociales. Ahí ella decidió hacer un viaje con amigas y descubrió algo que puso en jaque su matrimonio. “A mi alguien me dijo algo y yo me encontré con una charla que no me gustó”, recordó.

En medio de la conversación en el programa, Cobelli decidió dar su versión de los hechos. Yanina Latorre mostró en vivo una historia que subió el exdeportista en sus redes sociales con una frase: “Siempre es más fácil buscar un culpable que hacerse cargo de lo que a uno le pasa”.

La respuesta de Fernanda fue mostrarle a De Brito algunas capturas de conversaciones entre su ex con otra mujer. “Más que concreto, clarísima la charla”, dijo el conductor. “Él dice que esas charlas no llegaron a nada”, sostuvo Vives. Por ahora, siguen conviviendo bajo el mismo techo, aunque no se sabe si la reconciliación es posible.