Una novela inédita de Simone de Beauvoir (1908-1986), Las inseparables, que la escritora francesa dedicó a su amiga Élisabeth Zaza Lacoin, a la que conoció a los 9 años y con quien tuvo un gran amistad hasta su muerte repentina a los 22 años, será publicada hacia fines de 2020 y significará la primera obra de ficción póstuma de la autora de El segundo sexo.

La novela, cuya publicación en Francia estaba prevista para mayo pero por la emergencia sanitaria su lanzamiento se postergó hasta octubre (se estima que en otros países saldrá en 2021), fue escrita en 1954 y es un registro en primera persona sobre la relación de dos amigas inseparables.

En sus memorias de 1963, Simone de Beauvoir se refirió a una obra de ficción que había abandonado y que decidió no publicar en vida. Hasta ahora que su hija y albacea literaria, Sylvie Le Bon de Beauvoir, decidió sacarla a luz y de este modo acercar la primera novela póstuma de la reconocida ensayista, según informaron medios internacionales como The New York Times, The Guardian y El País.

En diálogo con el medio español El País, la editora del libro, Laurence Tâcu, de Ediciones L'Herne, consideró que "si solo hubiera sido un borrador, no la habría mecanografiado. Creo que era algo tan íntimo que le resultaba difícil sacarlo a la luz en vida. Es un libro acabado. Es un buen libro".

"Como novela tiene una fuerza completamente diferente para el lector, porque hay una forma de identificación, se pueden relatar unos sentimientos y una puesta en escena que no dan otros formatos", aseguró.

En Las inseparables, Élisabeth Zaza Lacoin es Andrée Gallard, una "pequeña desconocida de pelo castaño, mejillas hundidas con ojos oscuros y brillantes que miran con intensidad" y cuya "seguridad y habla rápida y precisa" desconciertan y fascinan de inmediato a Sylvie Lepage, el personaje que retoma a la misma Simone de Beauvoir.

En un pasaje de la novela la narradora francesa escribe: "Comprendo de pronto, con estupor y alegría, que el vacío de mi corazón, que el sabor triste de mis días solo tenían una causa: la ausencia de Andrée. Vivir sin ella no era vivir".