La gripe o influenza es una enfermedad viral respiratoria que se presenta habitualmente en los meses más fríos del año. El virus se transmite de una persona a otra, fundamentalmente por gotitas provenientes de la vía respiratoria de una persona enferma, a través de la tos, estornudos o simplemente cuando habla.

Los síntomas suelen aparecer a las 48 horas de efectuado el contagio y la mayoría de los afectados se recupera en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico. Sin embargo, en niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, la infección puede conllevar graves complicaciones, y poner en riesgo la vida.

El período de la influenza de este año amenaza con ser uno de los más graves de los últimos tiempos. Igual de preocupante, es que un número importante de personas con indicación de recibir la vacunar no se la aplicaron por diversas razones. A continuación se presentan 5 de las excusas más comunes, junto con la aclaración correspondiente.

1. Excusa: Si me coloco la vacuna, me voy a enfermar.

Realidad: La vacuna contra la influenza se crea a partir de un virus inactivo, por lo que es imposible contraer la enfermedad por la vacuna. Si usted desarrolla la enfermedad inmediatamente posterior a la administración de la misma, todavía no generó los anticuerpos que suelen tardar entre 10 y 14 días.

2. Excusa: Es mejor generar mis defensas de un modo natural.

Realidad: La respuesta inmunitaria innata del cuerpo contra el virus de la influenza es de corta duración, entre 6 y 12 meses. Además, el virus que provoca la influenza a menudo cambia de año a año. Por lo que cualquier protección que desarrolle su cuerpo durante un período de influenza generalmente desaparece para el próximo.

3. Excusa: Nunca me vacuné y no me enfermé.

Realidad: Solo porque en el pasado no enfermó de influenza no significa que este año no se contagie. No vale la pena correr el riesgo de sufrir una complicación grave, siendo que es una vacuna indolora y que genera un gran beneficio.

4. Excusa: La vacuna tiene muchos efectos adversos.

Realidad: Los efectos secundarios son poco comunes y a menudo leves, e incluyen inflamación o enrojecimiento en la zona vacunada, dolores y fiebre leve. Una pequeña cantidad de personas presenta una reacción alérgica más grave a la vacuna. A pesar que existen, la protección que brindan las vacunas contra la enfermedad, la hospitalización y la muerte supera el riesgo.

5. Excusa: No me previene en el 100%.

 Realidad: En general, la vacuna previene la influenza en aproximadamente un 60% de las personas mayores de 60 años con buena salud. Puede hacer que la enfermedad sea más leve en caso de que la contraiga y puede disminuir el riesgo de consecuencias más graves, como las hospitalizaciones.

¿Quiénes forman parte de los grupos de riesgo que deberían vacunarse?

- Niños de 6 a 24 meses

- Embarazadas en cualquier trimestre de la gestación

- Puérperas (hasta 10 días después del parto)

- Trabajadores de la salud

- Personas mayores de 65 años.

- Personas entre 2 y 64 años que tengan algún factor de riesgo como obesidad, síndromes genéticos, enfermedades respiratorias crónicas, cardiopatías, diabéticos, inmunosuprimidos, oncológicos, patología renal.

¿Quién debe presentar orden médica para recibir la vacuna?

Sólo los pacientes entre 2 y 64 años con factores de riesgo presentarán la orden médica donde conste nombre, apellido y diagnóstico por el cual se indica la vacuna. El resto de las personas que deban recibir la vacuna deberán acreditar la edad o el estado (por ejemplo, embarazadas en el primer trimestre).

¿Qué otras medidas se pueden tomar para evitar el contagio?

- Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón.

- Al toser o estornudar, cubrirse la boca y nariz con un pañuelo descartable o con el ángulo interno del codo.

- Tirar a la basura los pañuelos descartables inmediatamente después de usarlos.

- Ventilar los ambientes y permitir la entrada de sol en casas y otros ambientes cerrados.

- Mantener limpios picaportes y objetos de uso común.

- No compartir cubiertos ni vasos; Enseñar a los niños a lavarse frecuentemente las manos en la escuela y hogar.

(*) El autor es médico, columnista en temas de salud del programa A diario, de Radio 2.