El Ministerio Público de la Acusación (MPA) solicitó este martes una serie de allanamientos vinculados al sindicato de Obras Sanitarias por posibles delitos económicos. Entre los domicilios señalados para requisar estaba la sede gremial de San Luis al 2100 y otros dos particulares entre los que estaba un departamento ubicado en Paraguay al 800.

Este inmueble supo ser la casa del ex líder sindical Oscar “Rabanito” Barrionuevo en la década del 90 pero que desde hace 5 años es ocupado por una pareja de adultos mayores que nada tiene que ver con la cuestión gremial.

“Estaba sentada en la cama tomando mate con mi marido al lado durmiendo. Mientras escuchaba al padre Ignacio noto algunos golpes. Pero como tengo una disminución auditiva importante, no localizaba desde dónde venían”, relató en De boca en boca (Radio 2), Fortunata, una de las damnificadas.

Así quedó la puerta de ingreso.

Ante la persistencia de los golpes y una serie de gritos que cada vez se hacían más fuertes, la mujer despertó a su marido en el preciso momento en el que un grupo de personas ingresó a su habitación. “Nos gritaban «policía, policía, al piso o la mato»”, recordó.

“Yo conté doce personas, pero había más porque escuchaba gente afuera. Cuando nos levantaron le pregunté a qué se debía y me dijeron que era un allanamiento. A mi marido lo precintaron con las manos atrás y nos leyeron un acta”, continuó narrando la mujer.

Como consecuencia del operativo, la puerta de ingreso del edificio terminó con todos los vidrios estallados y el departamento que alquila la pareja de jubilados con la puerta de accesos y también las internas, rotas producto de los golpes de un ariete policial.

La sorpresa de Fortunata fue cuando en la lectura del acta hacían referencia a que el domicilio pertenecía a Oscar Barrionuevo. “Les dije que nosotros no éramos los Barrionuevo, hace cinco años que vivimos acá, esto se pudo haber previsto”, remarcó indignada.

En diálogo con De 12 a 14 (El Tres), la hija de los jubilados mostró su malestar con el fiscal Narvaja, que fue quien ordenó los allanamientos. “Con pedir a la administración el listado de las personas que viven acá, se podría haber resuelto, tendría que instruirse un poco”, fustigó.

Además, la familiar explicó que los policías no quisieron dejarles un acta de lo sucedido y que su padre fue hasta la comisaría segunda para hacer la denuncia pero le dijeron que no podían tomársela.