Nunca hasta aquí el gobierno nacional le había dispensado tanta atención a Santa Fe como la semana que pasó. Hay dos factores que concurren: el gobierno nacional no es el mismo después del cambio de gabinete, y la necesidad de dar vuelta la elección le abrió el juego a los gobernadores peronistas, con especial protagonismo del santafesino Omar Perotti.
Hay que apuntar este último dato y dejarlo en observación para que ver cómo madura.

Cristina Fernández, siempre un par de pasos adelante, ya se jugó en las primarias por Perotti como pocos pensaron que lo haría. Por eso no debería llamar la atención que las puertas de los ministerios nacionales se hayan abierto para el rafaelino. Cristina piensa más allá de la renovación de la banca de Marilin Sacnun, que seguramente quiere conseguir el 14 de noviembre: quiere y necesita que el Frente llegue con Todos a 2023. Y eso exige el rol protagónico de los gobernadores.

Cristina piensa en el futuro. Ella en lo personal y el kirchnerismo en general, siempre tendrán más garantías con un gobierno peronista.

Perotti piensa en su futuro. Aunque no lo admita, anhela ser parte de una fórmula presidencial en 2023. Hace tiempo que ese mensaje permea a las capas inferiores del gobierno provincial y a sectores del peronismo santafesino. Sin embargo surgió un imprevisto que impuso el desafío extra de dar vuelta la elección primaria, o por lo menos pegar una remontada que achique de forma notable los 10 puntos de ventaja a favor de Juntos por el Cambio.

La deuda

El jefe de gabinete Manzur, los ministros de Seguridad Fernández, de Ciencia Filmus, de Agricultura Domínguez, de Desarrollo Social Zavaleta, de Transporte Guerrera, todos le tendieron la alfombra roja al gobernador de Santa Fe en la semana que pasó. Perotti se trajo refuerzo de fuerzas federales, contrato para iniciar el circunvalar ferroviario a la capital provincial, convenios con Desarrollo Social, protagonismo en el anuncio de alivio a las exportaciones de carne. 

Los 84 allanamientos de este sábado vienen empujados por los mismos vientos: marcar presencia del poder estatal y forzar un repliegue de las bandas criminales. Si el oficialismo quiere tener chances electorales, como mínimo debe evitar lo de los 10 días previos a las primarias, marcados por crímenes, amenazas y balaceras de alto impacto.

Sin embargo hay una gestión reservada a nivel presidencial. Según fuentes oficiales, el gobernador y el presidente están hablando de destrabar el pago de la deuda histórica por coparticipación de la Nación con Santa Fe. Transcurrieron 13 años desde que Hermes Binner demandó al Estado por detracción indebida de fondos coparticipables, y casi 6 desde que la Corte Suprema falló a favor de Santa Fe.

Sólo falta definir la forma de pago, ya que el tribunal volvió a expedirse sobre la forma de calcular los intereses en el caso San Luis, que ya está cobrando hace un par de años. La Nación postergó a Santa Fe todo este tiempo, con la salvedad de que la deuda con los puntanos era el 20% o menos de la nuestra. Quizás la derrota electoral del oficialismo en las primarias derive en un golpe de suerte para la provincia y antes del 14 de noviembre haya novedades.

Presupuesto y política

La Argentina ingresó en temporada de presupuestos. Nación giró el suyo al Congreso hace 15 días, la provincia lo hizo esta semana y la Municipalidad lo hará a finales de octubre.
A nivel nacional la necesidad de financiamiento del déficit está calculada en la friolera de 3,1 billones de pesos para 2022.

En la provincia, el gobierno elaboró un presupuesto 64% más grande que el de 2021. Su suerte es incierta en medio del tembladeral que ha sido desde el principio la relación entre la Legislatura y Perotti. Aunque el debate no se inició formalmente, en el radicalismo tienen un primer objetivo con el presupuesto 2022: poner candado a la mayor cantidad posible de fondos de libre disponibilidad del gobierno. “Estamos muy preocupados porque sentimos que el gobierno provincial nos discrimina en todo lo que puede”, afirma el jefe del bloque radical de Diputados Maximiliano Pullaro. 

El tema presupuesto provincial ocupó parte del encuentro que en la semana mantuvieron el intendente Pablo Javkin y Pullaro. Hablaron de buscar una estrategia común para dar la discusión en la Legislatura provincial, teniendo en cuenta prioridades y necesidades de unos y otros. El intendente, que no puede ni quiere arriesgar la relación armoniosa que construyó con el gobernador Perotti, sugirió recrear como el año pasado un espacio para coordinar y ajustar la estrategia legislativa con senadores y diputados.

Nótese que Pullaro, que acaba de mudarse a Juntos por el Cambio, vino corriendo al Palacio de los Leones a ofrecer contención y un espacio de discusión a un intendente de otra fuerza política cuyos principal socio es el socialismo, que tiene 14 diputados propios y la presidencia de la Cámara. Claro que para conversar siempre son necesarias al menos dos partes. Y tanto Javkin como Pullaro hicieron saber que además de hablar del presupuesto intercambiaron sobre política.

Realineamientos

El tema es que a diferencia del año pasado, los radicales que están en la Legislatura –salvo el senador Diana y el diputado Fabián Palo Oliver– se fueron a Juntos por el Cambio. Entonces empiezan a pasar cosas que cuando Miguel Lifschitz estaba al frente de la Cámara de Diputados no ocurrían. En esos tiempos todo acumulaba en función de una única estrategia. Hoy ya no pasa. Los dos bloques principales, el socialista y el radical, seguirán votando de forma muy similar, pero están en plena redefinición las relaciones de fuerza dentro de la Cámara baja, bajo el influjo de las elecciones en curso.

El socialismo se abraza al Frente Amplio Progresista para retener identidad y una cuota de poder ante el previsible acuerdo entre las distintas tribus radicales que habitan la Cámara de Diputados. El resultado de la primaria, aunque modesto, les devolvió el alma al cuerpo. A pesar de tanta pérdida conservaron un lugar en el electorado.

Sin embargo, el PS no podrá eludir el debate que todos los espacios de la oposición santafesina comenzarán a desandar después de las elecciones de noviembre. ¿Es posible un futuro común, todos dentro de un nuevo frente electoral de raigambre provincial, y que a la hora de las elecciones nacionales permita a cada uno posicionarse donde mejor le parezca? 

Después de la buena perfomance electoral en las primarias, el radicalismo se imagina liderando ese “futuro común” bajo el modelo Mendoza o Corrientes. Con esa expectativa ya puso a andar el plan de seducción al intendente de Rosario, que si bien tiene su sociedad electoral con los que rechazaron irse con el PRO. es decir el socialismo, el sector Libres del radicalismo y partidos menores, juega en todos los campos. Se sacó fotos en campaña con Anita Martínez y Carolina Losada en el autódromo y las recibió su despacho al igual que a Roy López Molina. Restaña viejos resquemores con Maximiliano Pullaro y se sienta a hablar de política a la vista de todos. Bastante más seguido dialoga con Julián Galdeano, el armador de la candidatura de Losada que se impuso en las internas de JxC.

El intendente hace un juego y parece entusiasmado con dar el salto al terreno electoral de la provincia para 2023. Sin embargo no todo dependerá de su voluntad. La elección de concejales de noviembre será un mojón muy relevante para sus aspiraciones, porque le dirá cómo está su gestión en la consideración de los rosarinos. Es inevitable que se lea el resultado como un plebiscito al gobierno municipal.

No hay provincia sin ciudad

Ese comicio de concejales será muy diferente a lo que fue la primaria, porque al quedar sólo cinco listas en pie de las 54 que compitieron el 12 de septiembre se producirá una enorme redistribución de votos. 

A la vez, los cinco que quedaron en pie esperan crecer. La incógnita es hasta dónde. El peronismo no pareciera haber juntado en la primaria votos por fuera de la estructura y el aparato, por lo tanto su expectativa estará en sumar parte del ausentismo y una tajada de independientes. Juntos por el Cambio resultó carcomido por la candidatura del periodista Miguel Tessandori, que a su vez, por el perfil del candidato y su votante objetivo, pareciera tener muchas chances de crecer más todavía. Y Ciudad Futura, que superó la prueba más difícil sin que ninguno de los de arriba se haya cortado a demasiada distancia, ahora sueña con un batacazo que lo deposite segundo en la general.