Una lesión en la piel, una llaga que no cicatriza o un cambio en un lunar pueden ser signos de cáncer de piel y la consulta con un especialista frente a estas alertas y el chequeo anual son clave para llegar a un diagnóstico precoz de esta enfermedad.

El cáncer de piel puede ser originado por las células de la epidermis (los queratinocitos), lo que es conocido como cáncer de piel no melanoma, que es el tipo de cáncer más frecuente; o puede originarse en los melanocitos (melanoma) que es el más agresivo de los cánceres cutáneos, explicó en un comunicado el Hospital de Clínicas.

“El melanoma es mucho menos común que el cáncer de piel no-melanoma pero más agresivo que éstos. Si bien sólo el 5% de los cánceres de piel son melanomas, ocasionan el 90% de todas las muertes por cáncer cutáneo en el mundo”, alertó Graciela Manzur, jefa de la División Dermatología de este centro de salud.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, "la exposición a las radiaciones ultravioletas provenientes del Sol es la causa más frecuente del cáncer de piel".

“En forma inmediata, este daño se evidencia como una quemadura solar, que es una reacción inflamatoria aguda. En forma crónica el bronceado también es una señal de daño al ADN, ya que el mismo es una respuesta adaptativa de protección de la piel a la agresión persistente de la radiación UV provocando que se genere más melanina como forma de crear un 'escudo' protector alrededor del núcleo de las células", explicó Manzur.

La dermatóloga del Clínicas añadió que "el daño acumulado causa cambios en la textura de la piel, envejecimiento prematuro y en ocasiones cáncer de piel; los rayos UV también se han vinculado a afecciones oculares como las cataratas”.

En relación a quienes presentan mayor riesgo, Manzur explicó que se trata de "aquellos que tienen un fototipo 1 - 2, que son los que tienen piel blanca, son rubios o pelirrojos y que al tomar sol se ponen rojos con facilidad y nunca se broncean".

"También aquellas personas que han tenido quemaduras solares en la infancia, los que trabajan al aire libre, los que tienen familiares cercanos con cáncer de piel (si hay familiares con melanoma aumenta 18 veces más la posibilidad de tener cáncer), los que tienen enfermedades genéticas que predisponen a la aparición de cáncer cutáneo tienen que tener especial cuidado", añadió.

La especialista enfatizó que "es muy importante resaltar el antecedente de quemaduras solares en la infancia – adolescencia, que constituye también un riesgo para desarrollar cáncer de piel más adelante en la vida, ya que el daño solar es acumulativo”.

A nivel mundial, se estima que 324.635 personas serán diagnosticadas con melanoma en 2022, de acuerdo a la American Society of Clinical Oncology (ASCO).

“En nuestro Servicio de Dermatología en 2019 se vieron cerca de 400 casos. Con la pandemia hubo disminución de consultas y esto llevó a una falsa disminución en el número, pero ahora estamos superando esta cifra”, comentó Manzur.

La cartera sanitaria nacional también destaca que "una lesión en la piel, una llaga que no cicatriza o un cambio en un lunar puede ser un signo de cáncer de piel".

Frente a estos signos de alerta es importante realizar la consulta con un especialista pero también es clave "controlar la piel en forma periódica para detectar lesiones tempranas que permitan hacer un tratamiento oportuno y curativo", concluyó Manzur.