Los controles y consultas sobre el cáncer colorrectal -uno de los tumores más frecuentes en nuestro país- disminuyeron a raíz de las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus y esto atenta contra las posibilidades de su tratamiento, ya que si se detecta en estadios tempranos puede lograrse su curación en más del 90 por ciento de los casos, advirtieron hoy especialistas.

En el marco del Día Mundial de Prevención de Cáncer Colorrectal, que se conmemora el próximo 31 de marzo, especialistas del Hospital de Gastroenterología Dr. Carlos. B. Udaondo señalaron que este tipo de enfermedad es sólo superada por el cáncer de mama.

Son factores de riesgo del cáncer de colon y recto ser mayor de 50 años, tener antecedentes de pólipos o de cáncer colorrectal en la familia o padecer enfermedad inflamatoria intestinal, indicaron hoy en un comunicado.

También influyen una alimentación poco saludable, el exceso de alcohol, tabaquismo, sobrepeso y sedentarismo.

Los especialistas indicaron que “puede detectarse tempranamente” y que el especialista decidirá si “es recomendable la realización de los dos estudios diagnósticos más frecuentes”, que son el examen de sangre oculta en materia fecal y la colonoscopía.

El examen de sangre oculta en materia fecal es un método nada invasivo que permite detectar la presencia de un cáncer colorrectal y ante esa primera sospecha, el especialista solicitará nuevos estudios como la colonoscopia, que es una intervención que se realiza con sedación anestésica y que no genera dolor ni molestias, solo requiere una preparación previa para limpiar el intestino con soluciones laxantes.

Karina Collia, cirujana proctóloga y miembro del Servicio de Coloproctología del Hospital de Gastroenterología Dr. Carlos B. Udaondo, sostuvo que “el Día Mundial de Prevención del Cáncer Colorrectal es una buena oportunidad para recordarle a la gente que no debe postergar la consulta con el especialista”.

Y agregó: “Entendemos el temor al contagio por el coronavirus SARS-CoV-2, pero quienes presenten algún factor de riesgo para desarrollar la enfermedad deben realizarse los controles de acuerdo con lo que su médico tratante sugiera”.

Con respecto a las consultas y exámenes, se produjo un incremento con respecto a la anterior medición de la 3° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada en 2013.

Los datos de la 4ª Encuesta de 2018 muestras que solo 1 de cada 3 (31,6%) personas de entre 50 y 75 años se había realizado alguna vez en su vida un examen de detección de cáncer colorrectal, mientras que en 2013, sólo el 24 %.

Por su parte, Ubaldo Gualdrini, médico especialista en Cirugía, Coloproctología y Gastroenterología, miembro del Servicio de Coloproctología del Hospital Udaondo y ex presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE), dijo que “en general existe mucho desconocimiento sobre la importancia de realizar estos controles preventivos. Afortunadamente contamos con herramientas poco invasivas, que nos ayudan en la detección temprana y la posibilidad de iniciar tratamientos con elevados índices de curación”.

La doctora Collia precisó que “una vez confirmado el diagnóstico, se dará inicio al tratamiento, que incluye diversas opciones en función del estadío de la enfermedad: generalmente la cirugía es la primera opción.

“La quimioterapia se puede utilizar como complemento o como primera opción en algunos casos, y también en conjunto con la radioterapia antes de una cirugía, especialmente en los tumores localizados en el recto. Para los estadíos más avanzados existen terapias de blanco específico, con resultados muy alentadores”, describió.

Gualdrini subrayó que “lo importante es no efectuar la consulta solo cuando aparezcan síntomas, que pueden manifestarse con un cambio persistente en los hábitos intestinales, incluidos diarrea o estreñimiento, sangrado rectal, molestia o dolor abdominal persistente, ya que el cáncer colorrectal cuando da síntomas suele ser en los estadios más avanzados de la enfermedad”.

Además de la visita al médico, los especialistas recomendaron como prevención llevar una vida saludable, con alimentación que incluya una mayor ingesta de frutas y verduras y menos carnes rojas, mantener un peso adecuado, evitar el consumo de tabaco y de alcohol y realizar actividad física.